Una oleada de inseguridad está afectado a los vecinos de La Floresta, un barrio en en centro-norte de Quito. Así definen los vecinos de las zonas a los actos delictivos de los que han sido víctimas en las últimas semanas.

Según los residentes de la zona, desde que terminó el estado de excepción, y debido a la crisis económica, la inseguridad ha afectado a la zona, que antes de la pandemia se constituía como un espacio seguro y un sitio cultural muy visitado por los turistas.

De eso ahora ya no queda nada. Gloria Campos, quien regenta un negocio de víveres en la zona, teme cumplir con su jornada laboral. No es solo el temor a contagiarse de coronavirus, sino también a ser asaltada como le pasó a su vecina.

Pero los asaltos violentos no son los únicos delitos que aqueja a los comerciantes y moradores del barrio. Esta semana, uno sujetos irrumpieron en una farmacia de La Flores y se llevaron varias cosas de valor. Hoy sus dueños revisan las cintas de seguridad para tratar de dar con los responsables.

En la misma zona, los vecinos se quejan del robo de los medidores de agua. Al menos unas seis casas del sector han amanecido sin estos aparatos. Según la Policía, son las piezas de cobre, lo que los sospechosos buscan para vender.