El pene, antes que el perro, es sin duda el mejor amigo del hombre. Sin embargo, pese a ese lazo tan fuerte, pocos conocen cómo realizar la higiene de su miembro viril de la forma y frecuencia correctas.

No es que deba oler a rosas o chica fresa, pero un órgano viril que apeste cuando el hombre se quita el interior, saca ‘soplada’ a cualquier pareja.

El médico internista Orlando Pin recomienda lavar el pene por lo menos tres veces al día en zonas calurosas y húmedas como Guayaquil. ¿Cómo? “El ‘amiguito’ necesita cuidados, así como una planta o un carro, y de dedicarle no menos de dos minutos a cada lavada. Hay que lavar, además del pene, los testículos y la región perineal, también conocida como ‘zona de nadie’”, explica el especialista.

¿Con qué lavarlo? Olvídese del bicarbonato, el limón, el vinagre, la pasta dental, la manzanilla, el perfume y todas esas sugerencias de los abuelos o los ‘panas’. “Solo hay que lavarlo con agua, mucha agua y con un jabón con Ph neutro. Sin olores ni saborizantes. Si no te alcanza para un Ph neutro y tienes un bebé, su champú puede ayudarte”, agrega Pin.

Evita el sebo

El médico también recomienda prestar especial atención a la zona bajo el prepucio para evitar que se acumule esmegma, un agente antibacteriano que actúa también como lubricante. Si se acumula, puede empezar a generar mal olor y favorecer reproducción de bacterias.

Ojo con los granitos

¿Y a qué huele el pene? ¿Cómo saber si huele mal? “El pene debe oler a pene, no puede oler a rosas o a otra cosa. Cuando el pene está limpio, huele a pene. No tiene por qué tener otro olor”, explica Pin.

Sin embargo, si se presenta algún tipo de hongo o bacteria, el olor es fácil de identificar, dice el experto. “Ya que estamos hablando ‘A calzoncillo quitado’ (nombre del pódcast de EXTRA), el mal olor puede ser como la de una funda de camarón sin refrigerar por dos días”.

Incluso, menciona que puede estar acompañado de un mal sabor y de granitos que indicarían la visita urgente al urólogo.