El amor de los hinchas por Barcelona no tiene límites, a veces es demasiado grande y tiene fanáticos que se pasan de la raya. Se imaginan que un novio le diga a su amorcito: “Solo te puedo dar el 50 % de mi corazón, porque el resto es de Barcelona”

Parece fábula, pero es real. En el cumpleaños de Barcelona, Aníbal Bravo cuenta su historia de amor en amarillo. Tiene 25 años amando al Ídolo, desde que su padre, Hernán Bravo, lo llevó al Monumental cuando tenía 5 años.

El hincha vive en el recinto 6 de Julio, situado a un costado en la vía Guayaquil-Machala y es el líder de la barra Sur Oscura del lugar.

LA ESPOSA

Cuando conoció a Talía Méndez, que ahora es su esposa y madre de su hijo Dylan, fue súper sincero cuando le dijo: “Solo el 50 % de mi corazón te pertenece, el resto es de Barcelona, ya que antes de conocerte mi querido equipo ocupaba todo en mi vida”.

Bravo en realidad exteriorizó a su pareja lo que significa el equipo amarillo en su existencia.

“Unos dicen que aman los colores, el equipo y cosas así, pero esto va más allá de un simple amor, es algo que no se puede explicar, cuando uno habla todo el día del equipo de sus amores, como es Barcelona”, dice Aníbal.

Confiesa que su señora entendió muy bien el mensaje y por ello comparte su amor con Barcelona.

“A mi esposa no le gustaba el fútbol, pero luego comprendió que es mi vida, así como son la barra y el equipo. Claro que a veces se pone difícil por mi fidelidad con los amarillos”, explica Bravo.

VIO LA MUERTE

El domingo 16 de febrero del 2020 vio la muerte por su amor a Barcelona. Ese día fue el último que acudió al Monumental, luego llegó la pandemia. El hincha hizo un viaje de dos horas en moto desde su casa hasta el estadio. El empate 0-0 con Técnico lo tenía molesto.

Al salir del escenario deportivo, a la altura del Cementerio General de Guayaquil, se bajaron dos tipos de otra moto, uno le apuntó en la cabeza y se le llevaron su liviano vehículo. Hasta pensó que se iba de este mundo, pero viendo jugar a su amado Barcelona.

Dice que Dios lo salvó de morir y la moto una semana después la recuperó.

Ese día la muerte estuvo cerca. “Aquella noche venimos con mi pana José Ramos y nos robaron, nos tocó ir caminando hasta la terminal terrestre y luego pedir para el pasaje, eso fue horrible”, expresa Aníbal.

Le tocó hacer la rifa de una pierna de chancho para pagar lo que le costó liberar su moto.

LA ALEGRÍA

En el 2010 vivió una experiencia fabulosa al estar en la cancha, hizo maravillas y magia al ingresar como ayudante de un fotógrafo, fue algo que jamás olvidará.

“Tener a mis jugadores cerca es increíble, ese día el Ídolo se enfrentó a Liga de Quito, son los regalos de la vida que Dios te da”, comenta Bravo.