Las tres calaveras de juguete que adornaban un árbol con ramas secas habrían sido un presagio de muerte. A unos cien metros de donde estaban colgadas, en la ciudadela Pampas del Sol, en Montecristi, Manabí, se cometió el asesinato de Verónica Pico Briones.

Después de que dejó a sus dos hijos en una institución educativa de la zona, a las 07:00 de este jueves 1 de septiembre de 2022, a la mujer le dieron balazos en el interior de un vehículo rojo placa MBF-3763.

Un asustado morador dijo que como a las 06:30 salió a comprar pan y al regresar se percató de las novedosas calaveras. Media hora después se escucharon cuatro tiros.

Entre murmullos y algo de recelo, habitantes señalaban las figuras en colores blanco y negro. Para unos, se trataba de un mensaje subliminal asociado a la muerte de la señora; mientras que para otros, era un acto de personas que adoran a la Santa Muerte.

El coronel Luis Cano, jefe policial del Distrito Manta, consideró que las calaveras colgadas no están vinculadas con el crimen; más bien dijo que tendrían relación a la fiesta de Halloween. Sin embargo, agentes de Criminalística les tomaron fotos antes de marcharse.

RELACIÓN

Para entendidos de la santería, el asunto no pasa desapercibido. Adriano Mero, un conocedor de este culto, dijo que la presencia de esas figuras sí estaría relacionada con los ejecutores del crimen.

“La Santa Muerte es adorada y venerada por quienes caminan por el mal, por quienes están vinculados con hechos ilícitos. Se encomiendan a ella para que los aleje del peligro, para que sus objetivos sean ejecutados de manera certera y que se perturben las investigaciones”, dijo el santero.

Aunque quizás las dejaron ahí para atemorizar a la población. “Tienen varios significados. Algunos les hacen fiesta, les rinden pleitesía, hacen mandas para obtener ciertas cosas. En otros países las veneran”, acotó Mero.

La policía y sus unidades especializadas se centraron en estudiar la escena donde quedó el cadáver de la fémina, en el interior del carro mencionado.

Según el coronel Luis Cano, jefe policial de Manta, el ataque a Verónica Pico habría estado planificado.  Al parecer, sabían el momento en que el vehículo iba a salir de la institución para atacarla.

En medio de la desesperación y el llanto, familiares de Verónica Pico, de 35 años, querían ver el cuerpo. Querían corroborar que se trataba de su allegada.

Un hombre agarró una roca y golpeó por varias ocasiones el vidrio de la puerta del copiloto y no pudo romperlo. Un vecino le facilitó un martillo,  y pudo destruirlo. Abrieron la puerta del carro, vieron el cadáver de la mujer recostado hacia la derecha y trataron de abrazarlo.