Usualmente, las lágrimas son una respuesta natural a los momentos de alto estrés. Cuando una pareja se encuentra en plena discusión, se desatan sentimientos reprimidos de cualquier tipo de situación.

“No puedo recordar una pelea en la que no haya llorado”, confiesa Rose Armitage, al medio digital Huffpost. La joven de 20 años declaró sentirse aludida en este tipo de situaciones y dijo hacerlo “porque me importa, y a veces no me siento escuchada”.

Con respecto a esta situación, un estudio realizado en 1983 por la Asociación Americana de Psicología, demostró que las personas acumulan estrés por sus relaciones interpersonales, pensamientos ansiosos y también tristes. Llorar genera alivio con su contorno y además ayuda a canalizar y filtrar ideas que causan dolor o preocupación.

Por lo tanto, en una discusión sentimental, podría ser muy común que uno de los dos miembros de la relación sucumba ante la presión y la necesidad de expresar sus emociones acumuladas.

Según Roger Baker, profesor de la Universidad de Bournemouth, aseguró que esta condición es la transformación de “la angustia en algo tangible”. Además aclaró que este proceso ayuda con la reducción de la sensación de trauma y que es positivo cuando la gente anima a los demás a “dejarlo salir”.

Curiosidades de las lagrimas

A las lagrimas se las denomina, dentro del mundo de la ciencia como: Película lacrimal. El llanto está compuesto por capas microscópicas que son el estrato intermedio, acuoso, mucoso, estrato exterior de sustancias grasas o aceitosas. Además, cada lagrima puede llegar a tener más de 1.543 tipos de proteínas.

Juan Antonio Durán, catedrático del Instituto Clínico Oftalmológico de Bilbao, explica que las lagrimas varían dependiendo de la función en la que se presenten. En momentos de tensión, risa o tristeza, el llanto varía en su cantidad de agua, proteínas, mucosidades y aceite. Sin embargo, aún no se tiene clara su composición exacta en dichas situaciones.