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5 ‘sacudones’ fuertes desde el terremoto

Redacción Quito
El sismo que se presentó ayer, de 5,2 grados, a las 08:26, en Posorja, parroquia de Guayaquil, no se considera réplica del seísmo ocurrido el sábado en Manabí, dijo Gabriela Ponce, jefa de turno de Sismología, del Instituto Geofísico de la Politécnica (IG).
Según ella, este episodio “podría ser una consecuencia del terremoto principal (de 7.8 grados)”, pero no pertenece al rango geográfico donde se registran las ‘repeticiones’, es decir desde Manta hasta Punta Galera.
De este evento “aislado” no se han registrado réplicas. Sin embargo, la experta precisó que en caso de que se produzcan serían menores.
Hasta el momento (13:00 de ayer) se han dado 707 réplicas después del terremoto. Son cinco las de mayor magnitud (de 6.0 grados en adelante).
La primera sucedió el domingo 17 de abril a las 02:13 (6.1). El miércoles se registraron otras dos de magnitud 6.1 y 6.3, y el jueves en la noche, dos más de 6.2 y 6.0. Ella indicó que las réplicas que superan los cinco grados se consideran de magnitud importante.
Ponce también hizo énfasis en que estos episodios continuarán durante semanas, incluso meses, pero que es imposible predecir cuándo. Para esto aconsejó mantener la calma, obtener información de fuentes oficiales y practicar planes de evacuación familiar.


Llegó al tope
Durante el terremoto de 7.8 grados, los sismógrafos del IG llegaron al tope. Según Ponce esto sucede cuando la magnitud supera los 6.0 grados. “Si el sismo es muy fuerte, los sensores de movimiento se ‘saturan’. Por esos en las gráficas no se dibujan puntas. Porque el monitor no alcanza a registrarlas”, detalló.
Asimismo, reveló que el sismógrafo que asienta la información de estas réplicas está ubicado bajo tierra, en un punto de Flavio Alfaro.
Durante los episodios, estos equipos emiten señales, los técnicos las recalculan y relocalizan e informan a las autoridades.
Por su parte, Édwin Viracucha, coordinador del Centro Terras del IG, mostró a EXTRA los registros del 16 de abril, cuando se suscitó el sismo principal. Los aparatos captaron un sismo premonitoreo a las 18:48 con una magnitud de 5.0 grados. Diez minutos después se presentó el evento de 7.8 grados.
Los archivos reflejaron que casi toda la pantalla se pintó de negro, entre picos y pendientes, durante el incidente.
Hasta el momento, las distintas repeticiones aumentan los picos, pero -generalmente- se mantienen en una constante de hasta 3.0 grados.

 

Las secuelas psicológicas

El trabajo de los socorristas en las zonas del desastre ha dejado secuelas en las personas que empezaron a laborar, desde el primer día, en la recuperación de sobrevivientes y fallecidos.
Napoleón Vásquez, psicólogo familiar y director de Programas Educativos Sicológicos y Salud (Proeps), manifestó que los síntomas que afectan a los rescatistas, que estuvieron en el lugar de los hechos, son la irritabilidad, cambio de ánimo y depresión. Esto posiblemente llega a causar conflictos y discusiones en el hogar. Por esta razón, “para superar el estrés postraumático es necesario que las personas sean sometidas a una evaluación y terapia psicológica, porque cada uno tuvo una impresión tremenda”, expresó el especialista.
Un grupo del Cuerpo de Bomberos del cantón Mejía, que estuvo en el sitio y regresó tras cumplir su trabajo, recibe terapias de relajación física y emocional, comentó Vásquez.
Para superar las dificultades los que continúan trabajando en las zonas o aquellos que abandonaron el lugar tendrán que recibir estos tratamientos.
Otra ayuda fundamental para aliviar el desequilibrio emocional  por el trauma vivido es el apoyo familiar. (HA)

(AAM)