Un grupo de trabajadores soldaban una estructura de hierro afuera de un night club ubicado en la avenida Logroño, en el norte de la capital. No querían dar declaraciones por temor a represalias, pero uno de ellos alcanzó a decir que estaban reforzando la seguridad.

La noche de 19 de junio, este establecimiento fue blanco de un atentado con una granada de uso militar. Según la grabación de una de sus cámaras, dos sujetos en motocicleta lanzaron el artefacto y huyeron del sitio.

La propietaria de un bazar que queda frente al local contó cómo vivió esos momentos de terror. Según ella, eran cerca de las 21:00 y había movimiento en el lugar porque a esa hora salen los estudiantes de un instituto situado a pocas cuadras.

Al escuchar el estruendo se lanzó al suelo. Abrazó a su perrita, temblaron juntas y escuchó gritos, a personas corriendo desesperadas y las alarmas de los vehículos. Esperó unos minutos a que todo se calmara y salió a ver lo que había ocurrido.

Frente a su negocio había un ciudadano en el suelo, vidrios regados en el pavimento y varias personas tratando de ubicar una ambulancia.

Según el Cuerpo de Bomberos, hubo siete heridos. Dos de ellos tuvieron que ser trasladados a una casa de salud para atender sus heridas, mientras los demás fueron dados de alta en el lugar. Además, dos vehículos terminaron dañados por la expansión de la onda.

Los últimos ataques en el sector 

Un ciudadano extranjero que vive a la vuelta del night club estaba a punto de dormir cuando escuchó la explosión. Él ayudó a alertar del hecho a los policías de la zona y también les indicó que cerca de su casa, la noche del 18 de junio, se escuchó otro estruendo.

Recuerda que aquella vez no salió porque era casi medianoche y temía que algo malo le pudiera pasar. Además, relató que hace un año sus familiares que tienen un restaurante fueron víctimas de extorsión y pagaron 1.000 dólares a los miembros de una banda delictiva para que les dejaran trabajar.

El teniente coronel Cristian Proaño, jefe subrogante del distrito Eugenio Espejo, señaló que la hipótesis que manejan sobre el atentado al night club tendría que ver con un tema de extorsión. Según el oficial, hace 10 días otros delincuentes arrojaron otro artefacto que no explotó y que fue detonado controladamente por personal del Grupo de Intervención y Rescate.

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Esa misma noche, la propietaria del bazar comentó que sujetos en moto dispararon al establecimiento y luego huyeron. “Tres días después también hubo una explosión durante la madrugada, pero no vino nadie”.

El teniente coronel Proaño explicó que personal de Inteligencia había conversado con los administradores del establecimiento y ellos supuestamente les dijeron que no habían recibido ningún tipo de amenazas y solo facilitaron las grabaciones de las cámaras de seguridad.

Por el momento, el oficial precisó que las unidades investigativas tratan de identificar las placas de la moto implicada, para dar con el paradero de los responsables.

Por si fuera poco, la noche anterior al atentado con granada, criminales le robaron el arma de dotación al guardia de seguridad del instituto estudiantil, por lo que tratan de determinar si este caso también estaría vinculado a los hechos recientes y si habría una banda detrás.

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