Adriano y Helena son dos estrellas en raudo ascenso. Su talento con la patineta sobresale entre las decenas de niños, jóvenes y no tan jóvenes que practican skateboarding en el skatepark municipal, ubicado en la avenida Francisco de Orellana, al norte de Guayaquil.

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En ambos casos, su amor por este deporte lo heredaron de miembros de su familia. Helena Campos, de 14 años, tuvo su primer acercamiento a la actividad en 2020, durante la pandemia de Covid-19.

“Mi papá me prestó su patineta y, como me gustó, buscamos un club para practicar. Así fue como encontramos el Guayaquil Skateboarding Club (GSC)”, cuenta.

Lleva tres años en esta academia, donde ha aprendido las bases, maniobras iniciales y continúa perfeccionando los diferentes trucos que se pueden realizar con la ‘tabla’, como llaman los practicantes a la patineta.

Sus fans más fieles son sus padres, Silvia y Eduardo, quienes antes de dejarla subir a rampas y rieles investigaron a fondo cómo era la enseñanza en el GSC. Aunque admiten que, al menos al inicio, el temor a que se hiciera daño siempre estuvo presente.

“Montar la patineta es como caminar”

“La veíamos subida en la rampa y, obviamente, nos daba miedo. Pero después agarró confianza y ahora para ella es como caminar”, comenta Silvia. Añade que, para su tranquilidad, una de las primeras lecciones que imparten en la escuela es cómo caer correctamente y evitar lesiones.

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El talento de Helena ya ha dado frutos: a su corta edad, tiene dos campeonatos en su palmarés. “Una competencia fue aquí, en Guayaquil, y la otra en Cuenca. En ambas gané el primer lugar”, recuerda orgullosa, al igual que sus papás.

Adriano Cornejo empezó a patinar mucho más ‘pelado’. A los 9 años, su hermano ya le daba sus primeras lecciones, y ahora, con 16, no hay quien lo detenga en la pista.

“Se trata de levantarse y seguir intentando hasta que el truco te salga. Hay que ser perseverante”, expresa.

Aunque admite que esta actividad tiene sus riesgos y le ha dejado algunas lesiones, eso no lo asusta ni lo aleja de la tabla. “Hace un par de semanas tuve un desgarro, estoy en proceso de recuperación, pero aquí sigo”.

Él también ha ganado varias competencias y ha estado en el podio en numerosas ocasiones.

El Guayaquil Skateboarding club venció la incredulidad

El gestor del GSC es el instructor Marcelo Lalama, patinador con más de 20 años de experiencia. La idea de crear esta escuela surgió hace 8 años por motivación personal, ya que cuando él empezó a patinar no tuvo profesor, ni escuela, ni parque. Hoy ofrece a los más jóvenes lo que le hubiera gustado que hicieran por él.

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Marcelo recuerda que, cuando fundaron el club junto a otros patinadores —quienes también colaboran como instructores—, fue difícil lograr la aceptación de la ciudadanía. “La gente como que no cree, pero luego de ver los resultados, que tenemos estudiantes que patinan muy bien, se ha ido sumando más gente al proyecto”, comenta con satisfacción.

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