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Se salvaron de morir aplastados
El dueño del vehículo alertó a los agentes y corrieron. Un cabezal habría perdido pista e impactó a la torre.
Juan José, su esposa Fátima y su hijo Samuel agradecen a Dios por el milagro de estar vivos.
Juan José Acosta Barzola no solo perdió la cita médica que había reservado para su hijo de 7 años, también se quedó sin vehículo. Pero lo más terrible es que estuvo a punto de morir aplastado por un poste de alumbrado público en el kilómetro 30,5 de la vía Perimetral.
El percance ocurrió a las 09:30 de ayer. Acosta estaba acompañado de los agentes de tránsito Andrés Chóez, Jairon Ruiz y Bryan Pique, cerca del ingreso a la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), porque 10 minutos antes su carro había sufrido un problema en una de sus llantas, cuando un cabezal se impactó contra una baranda y un poste, este último cayó sobre el auto Daewoo, placa GKN-153, color concho de vino.
“Corran, corran, que se nos viene encima”, gritó Acosta al ver que la columna se desplomaba, mientras los cuatro huyeron para salvar sus vidas.
“Siento que he vuelto a nacer. Y que Dios hizo el milagro”, indicó aún incrédulo Juan, de 44 años, quien salió media hora antes con su familia desde su hogar en la cooperativa Balerio Estacio, en el noroeste.
Por fortuna, Fátima Granda, esposa de José, y su hijo Samuel salieron del automotor y caminaban para tomar un bus que los trasladara al hospital de niños Francisco de Icaza Bustamante, donde debía someterse a un chequeo médico el menor de edad.
El conductor de un cabezal al parecer, producto de la calzada mojada por la llovizna que caía a esa hora en la ciudad, perdió pista y chocó el poste.
Agente traumado
Para el agente Jairon Ruiz, esta es la segunda vez que una desgracia similar “me toca de cerca”. En noviembre pasado estaba parado a cinco metros del puente peatonal de la autopista Terminal Terrestre-Pascuales que fue derrumbado por una volqueta.
Ruiz recuerda que aquella mañana daba tránsito en ese sector y que el colapso de la estructura destruyó su moto.
“Estoy traumado. He sido testigo de dos desgracias y he me salvado de milagro”, comentó el agente de la Autoridad de Tránsito Municipal.