Tannya Tello y María Morales se desplomaron frente al Palacio de Carondelet, en el Centro Histórico de Quito, mientras realizaban un plantón.

Ambas son madres de dos de los 19 militares investigados por el delito de evasión, luego de la fuga de Rolando Federico Gómez Quinde, alias Fede, cabecilla del grupo criminal Los Águilas. El escape ocurrió el pasado 20 de junio en la Penitenciaria del Litoral, en Guayaquil.

Los miembros de las Fuerzas Armadas, dos guías penitenciarios y un privado de libertad son procesados porque supuestamente habrían colaborado para que el líder criminal ‘se la sacara’ de ‘cana’.

Sin embargo, los parientes de los militares aseguran que ellos solo cumplían órdenes de dar resguardo dentro del recinto carcelario y que, entre sus funciones, no consta el traslado o custodia de los reos.

Afirman que los quieren inculpar y que estarían encubriendo a los verdaderos responsables del delito.

El drama de las madres de los militares

Tannya Tello es madre del único oficial del ejército procesado en este caso. Ella padece arritmia cardíaca, tiene problemas cervicales y displasia de nervios. Por su parte, María Morales es progenitora de uno de los cabos apresados. Ella tiene diabetes, problemas del riñón e hipertensión.

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Aun así, viajaron desde Guayaquil a la capital de los ecuatorianos para exigir justicia por sus hijos. Llegaron la madrugada del 11 de julio a la Terminal Terrestre de Carcelén. No durmieron bien ni desayunaron como debían por el cuadro de salud.

Llegaron a las 08:00 a la Plaza de Independencia, frente al palacio de Gobierno donde gritaban consignas en las que afirmaban la presunta inocencia de los militares investigados por la Fiscalía.

Llevaron carteles con mensajes de apoyo, se dieron vueltas por la plaza para llamar la atención de alguna autoridad, pero nadie salía. Es más, un grupo de inteligencia policial se acercó a ellos con un can amaestrado para buscar si los parientes tenían algún objeto ilícito y luego se fueron.

La desesperación invadió a las madres, quienes, como última esperanza ataron cadenas a sus manos y cuello. Se arrodillaron y suplicaron ser escuchadas.

Lloraron desconsoladamente y de tanta angustia se desmayaron. Personal del Cuerpo de Bomberos acudió al lugar para reanimar a las mujeres y fueron llevadas a un lugar seguro para que se recuperen.

¿Hubo respuesta de las autoridades?

Al ver que decenas de personas se unieron al grito desesperado de las madres, dos funcionarios salieron del palacio para atender se pedido, ellos les habrían indicado que van a canalizar una cita con el ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, pero nunca se concretó, según Patricia Arechua, hermana de uno de los sargentos procesados. “Nos dijeron eso solo para que dejáramos de hacer el plantón. Nos engañaron”, señaló.

Los parientes alcanzaron a entregar una solicitud a uno de los funcionarios en la que se dirigen al presidente de la República, Daniel Noboa, para que atienda su pedido. “Le escribimos desde la dignidad herida y el dolor más profundo”, inicia el documento.

Horas después de que ocurrió la fuga de alias Fede, el primer mandatario escribió en su cuenta de X: “Esto no es solo una fuga. Es traición. Y la traición se reprime”, en referencia a los miembros de las Fuerzas Armadas involucrados.

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