Marco Paredes tenía miedo de morir aplastado. Gritaba desde adentro de su carro: “¡Ayuda! ¡No puedo sentir mis piernas!”.

La mañana del jueves 11 de febrero, el hombre, de 57 años quedó atrapado dentro de su automotor, luego de un múltiple choque en la avenida Teniente Hugo Ortiz, en el sur de la capital.

Un bus, al parecer, tuvo una falla mecánica y no alcanzó a frenar impactando al taxi que iba detrás de Paredes. Este, a su vez, le chocó la parte trasera de su auto, el mismo que terminó destrozado y debajo de otro bus que estaba al frente.

Los testigos creían que el hombre no sobreviviría porque el carro estaba aplastado. Beatriz Aguirre tiene una panadería frente al lugar donde ocurrió el siniestro. La mujer dijo que corrió a ver cómo estaba el hombre y no sabía qué hacer.

Según su versión, Paredes estaba reclinando su asiento para atrás para evitar morir aplastado. “Los fierros estaban cediendo y parecía que iba a morir”, relató Aguirre.

Uniformados del Cuerpo de Bomberos llegaron al lugar y se percataron que era imposible sacar al herido con las manos. El subteniente Fausto Escobar indicó que utilizaron herramientas hidráulicas para cortar la puerta y sacar a Paredes. “El hombre no presentaba heridas y salió ileso”, añadió.

El afectado fue llevado hasta el Hospital IESS Quito Sur y su estado es estable.

Una mujer que iba como pasajera en el taxi también resultó afectada. Según el agente metropolitano Jefferson Congo, la mujer, de unos 40 años, tenía un golpe en las rodillas y fue estabilizada en el lugar. Mientras tanto, los conductores de los dos buses y el taxista fueron llevados a una patrulla hasta que se realicen las primeras pericias.

El conductor que habría provocado el accidente le contó al teniente del Servicio de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT), Miguel Rivera, que se le habría ido los frenos. El oficial indicó que se revisarán las cámaras de seguridad y se recogerá evidencia de la calzada para comprobar esta teoría.