La sangre que brotaba del cadáver de Gomer Anamin Boza Navarrete causó revuelo entre la gente que presenció su crimen. No solo por lo violento del suceso, luego de que le dispararan mientras jugaba naipes en la esquina de las calles Roldós y Vargas Machuca del cantón Babahoyo, en Los Ríos, sino por una imagen que causó terror.

El charco de sangre que emanó de sus heridas tenía una forma extraña, tras el hecho que se dio el domingo 22 de octubre. “Es la cara del mismísimo diablo”, decían los curiosos que se aglomeraron frente al cadáver que quedó en la mesa de juego.

Ante esto, el pastor evangélico Gustavo Chávez dijo que es solo una apreciación de las personas. “Tanta maldad que hay en el mundo es por nuestras acciones como seres humanos”, indicó.

En cada toma que hacía la gente se apreciaba una figura con ojos y de una sonrisa bastante demoníaca. Sin embargo, el pastor Enrique Martínez coincidió con Chávez al decir que “uno ve lo que quiere ver... la mente y la imaginación son volátiles”.

Víctima colateral

Arturo Boza, hermano de Gomer, comentó que, al parecer, a su ñaño lo habían amenazado. Según la policía, Gomer Boza registraba dos antecedentes penales por tenencia de armas (2010) y robo (2016). La autopsia reveló que recibió cuatro heridas en la cabeza y dos en las extremidades superiores.

Pero este sujeto no fue el único afectado. En el mismo altercado un mecánico identificado como Édison Camilo Sánchez López fue alcanzado por los proyectiles, como víctima colateral del suceso.

Como el hombre quedó consciente el populacho lo trasladó en el balde de una camioneta hasta el hospital Martín Icaza. Ahí les dijo a los policías que había ido a comprar a la tienda donde estaba Gomer y se produjo el ataque.

Horas después se confirmó la muerte del mecánico.

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