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La increíble historia detrás de la muerte y 'resurrección' de una mujer en Babahoyo
Allegados, vecinos y ciudadanos debaten si lo sucedido se trataría de un milagro o de un episodio de catalepsia. Su estado de salud actual es incierto
Bajo la ley, Bella Yolanda Montoya Castro, quien había cumplido 76 años el 20 de abril pasado, está muerta. Pero las rosquitas y el café no pueden ser repartidos aún, porque ella todavía respira.
El caso, que tiene conmocionado a todo Babahoyo provoca comentarios entre sus habitantes. Algunos consideran que lo sucedido con Bella, que ‘revivió’ durante su velorio, es un milagro; otros discuten que es un asunto de la ciencia y que se trataría de un episodio de catalepsia, condición en la que una persona llega a encontrarse en un aparente estado de muerte (sin signos vitales) cuando en realidad mantiene un poco de consciencia.
Lo que había sucedido en las calles Flores y García Moreno, lugar donde se velaba a Bella, lo supo todo el Ecuador a través de redes sociales. Y allí también, ahora, cada quien tiene su ‘lado’: la ciencia o el poder divino.
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Sin embargo, Wendy Avendaño, de la funeraria Avendaño, que donó el féretro para velar el cuerpo de la mujer, asegura con fe que lo sucedido “es un milagro”. Wendy conoce a Bella desde hace varios años. Ella la recuerda con su hijo Gilbert, a quien llaman Ñañito.
“El viernes yo pasaba por el hospital y vi que a Gilbert lo tenían rodeado todos los de las funerarias. Cuando me acerqué le pregunté qué había pasado y él me contestó ‘mi mamita se murió’. Todos le ofrecían ayuda con terceros: uno le dijo que lo iba a llevar a hablar con el alcalde para que le regale una caja y yo le dije que no les pare ‘bola’”, relata.
Inmediatamente, Wendy se presentó porque creía que él no la había reconocido. “¡Soy la hija de Avendaño!”, le recordó. “En ese momento él me dijo ‘¡por favor, dile a mi tía Clarita (porque así le dice a mi mamá) que nos ayude!’”.
- LAS HORAS ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE
Lo siguiente que cuenta es el proceso que realizaron para retirar el cuerpo de Bella del hospital. “A las 13:00 empezó Gilbet a hacer los trámites y recién a las 16:00 pudimos sacar el cuerpo”. Wendy saca cuentas entre la hora de fallecimiento y la hora en que pudieron trasladarla y afirma que esa es la razón principal para considerar que fue un milagro.
“Aunque la familia diga que es negligencia médica, yo no creo. La señora ya no podía respirar por sí sola y por eso se encontraba intubada. Si ella falleció, pasó más de tres horas sin la ayuda del respirador”, explica.
No obstante, no son las únicas ‘evidencias’ de Wendy con las que sostiene que ha sido un regalo divino, pues explica que Bella estaba envuelta en tres sábanas celestes mientras estuvo en el ataúd. Además, todo el tiempo se mantuvo cerrado.
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“¿De dónde sacó la fuerza para poder golpear la caja?”, exclama.
Su padre, Víctor Avendaño, por su parte, comentó que “todo se alineó para que la señora esté aún con vida”, pues la formolización no se hizo como lo esperaban, dato particular que también destaca Gilbert.
“Como cosa del destino no la formalizamos rápido, debido a que no había energía eléctrica en el local que nos prestaron para velarla. En el hospital tampoco ordenaron que le realicen la necropsia y estuvo más de cuatro horas con el ataúd tapado”, explica a EXTRA.
- LA 'BELLA' VIDA
Lo sucedido con Bella no solo sorprendió a su familia y sus allegados, sino también a sus vecinos de la ciudadela El Pireo, que relatan sobre el diario padecimiento de Bella.
“Ellos residen en este sector desde hace unos ocho años. A veces se ve que el hijo pasea a la mamita en silla de ruedas porque el sector es tranquilo, pero la señora ha estado en su silla desde que llegó”, comenta César Muñoz.
Rosa, también vecina, concuerda con su padre César e incluye que Bella “usa batas todo el tiempo, solo esa ropa”. Agrega que “como ella no se puede mover, a quien pasa por la puerta de su casa le pide que le cierre la puerta o le ayude a pasarle algo de su cuarto si es que el hijo no está, porque él se va a trabajar cuando le sale algún ‘cachuelo’”.
Cuenta que Bella, en ciertas ocasiones, es alimentada por la barriada porque Gilbert no se encuentra en casa y la adulta mayor tiene hambre. “No es seguido porque los vecinos se van a trabajar, pero de repente le pasan un platito o un tecito de manzanilla”.
Lo que sorprende a Rosa y a Patricia Barzallo, otra moradora, es que nadie llega a visitarlos. “Nunca se ha visto que algún otro familiar haya venido a verla. Da un poco de pena la situación de la señora, porque suele pasar sola”, afirma Rosa.
Para Katherine, quien reside a pocos metros de Bella Montoya, la mujer es como una abuelita dulce. “A veces pide que entren a su casa para que conversen con ella. Tal vez es porque se siente sola”.
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- HOY ASIENTA LA DENUNCIA
De su lado, Gilbert ha decidido este lunes empezar el trámite de la denuncia formal en la Fiscalía. Adicionalmente, va a darle de baja al certificado de defunción en el que su mamá consta como fallecida ante el Registro Civil.
Aún admirado por lo sucedido, recuerda lo paradójico de la vida: cuando él era un niño de 5 años, su mamá fue enfermera en el hospital Martín Icaza, el mismo lugar donde un médico la declaró muerta.
“Yo dormía junto a los cuneros de los recién nacidos, porque ella me traía. Después que salió de ahí empezó a laborar en el consultorio de un médico, hasta que el 24 de agosto del 2012 le dio un derrame”, cuenta Gilbert.
Él es el único, de los tres hijos de Bella que se preocupa por llevarle algo de comer. Como puede se las arregla para conseguir alimento para cocinarle y luego darle de comer en la boca.
Hace dos años Bella y su hijo pedían ayuda en un reportaje que les hicieron para conseguir alimento y ropa. Allí, Bella relató el calamitoso estado en el que vivía, a tal punto de no tener, ni siquiera, un sujetador para ponerse. Su enfermedad la tenía padeciendo y tampoco contaba con los recursos para adquirir las medicinas.
El acta de defunción dice que las causas de la muerte de Bella son un paro cardiorrespiratorio y septicemia.
- EN LAS MANOS DE DIOS
Rosa Bajaña, ciudadana del cantón Vinces, revela que desde el jueves que está en el hospital con su hija, ella ha venido escuchando los pormenores del caso insólito. “Yo sí creo que es un milagro, porque solo Dios decide a quién le da o le quita la vida”, menciona.
El mismo pensamiento lo comparte el comerciante Ricardo Robi, quien además sugiere que se investigue qué pasó en realidad cuando le entregaron el cuerpo a la familia. “Años que no se escuchaban estos casos así. Esperamos que Dios haga el milagro, porque el hijo dice que su mamá sí reacciona cuando los médicos le tocan el brazo”, añade.
No obstante, también hay quienes creen que Bella quizás ya no despierte. Lissette Vera, comerciante, comenta que probablemente “la vida de la adulta mayor solo dependa de una máquina” y en cualquier momento tengan que preguntar a la familia si autorizan desconectarla.
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