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Fanaticada de Barcelona despide a cinco hermanos de barra
En las calles 22 y Huancalvilca se dio una misa campal para cinco de los 12 hinchas barcelonistas fallecidos. Esto como un acto previo a su sepelio en el cementerio Patrimonial de Guayaquil.

Familiares y amigos se dieron cita en el suburbio para rendirles homenaje con cánticos del equipo torero.
Una historia de amor que empezó hace apenas seis meses estaba a punto de dar su primer fruto: ella llevaba alrededor de sesenta días de embarazo y él, lleno de emoción, había decidido aprender el oficio de su padre para solventar lo que sería su hogar.
Sin embargo, los sueños de esta joven pareja se truncaron el pasado domingo, con su muerte (ver infografía). Jennifer Stefanía Tipán Aguayo, de 19 años, y Alexander Luis Cauja Márquez, de 17, eran fieles hinchas del Barcelona Sporting Club y pertenecían a la barra Los vagos de la 9, una de las facciones de la Sur Oscura, en Guayaquil.
Por eso, viajaron a Cuenca para alentar al equipo canario en su último partido. Iban en un bus alquilado que, desde el trayecto de ida, empezó a dar problemas, contó el papá de Alexander, Luis Cauja.
A esta versión, la madre del joven, Irene Márquez, agregó que según los amigos de su hijo, el chofer también habría consumido bebidas alcohólicas mientras conducía, aunque esto no ha podido ser confirmado por las autoridades, porque el sospechoso sigue prófugo.
“Algo que aviva más el dolor es que Jennifer estaba embarazada de dos meses”, recordó entre sollozos la señora, sentada a pocos metros del féretro de Cauja Márquez.
Y aunque eran pareja, Alexander y su amada no fueron velados juntos la mañana del 14 de agosto, pues sus restos estaban en la ciudadela Bellavista, en el norte porteño, mientras que ella estaba en la casa de su papá, en las calles 14 y_Portete, del suroeste.
No obstante, por la tarde estaba previsto que trasladaran a la joven al mismo lugar donde era velado su cónyuge, comentó su papá, Marcelo Tipán.
Lo mismo comentó el padre de Alexander, quien dijo que su vástago “dejó una obra inconclusa. Me dijo que quería trabajar y estaba aprendiendo bien algo de mecánica automotriz y pintado de vehículos. Él dijo que al regreso de su viaje terminaría un trabajo que cogió, pero ahora tendré que hacerlo solo”.
Ángela Aguayo, la mamá de Jennifer, mencionó que a las 09:00 del pasado lunes recién se enteró del deceso de su hija. “Como no aparecía en ningún listado pensé que estaba viva y que tal vez se había quedado en otro lado, pero fue muy duro cuando me llegó la noticia”, expresó.
A pocas cuadras del velatorio, en las calles 22 y Huancavilca, era velado Christian Laina Macías, de 17 años. Su padre, Félix Laina, comentó que según su hijo mayor, Luis Macías, quien también viajó a la capital azuaya, “una hora antes de llegar a su destino el carro empezó a botar humo, se recalentó”.
Pero lo peor llegó en el viaje de retorno. “El bus paró unas cinco o seis veces, porque el carro aparentemente se quedó sin frenos y el chofer iba forzando el motor con los cambios. También se bajaba a ponerle piedras para que el carro no baje tan rápido. Y a pesar de todos esos problemas, el chofer decidió continuar...”, cuestionó el progenitor. Y las consecuencias fueron fatales: 33 heridos y 12 fallecidos.
Recibieron misa campal
De los hinchas fallecidos, cinco fueron llevados hasta las calles 22 y Huancalvilca, suburbio de la ciudad, para recibir una misa campal y luego ser sepultados. La fanaticada se dio cita en este barrio para con bombos, cantos y trompetas, despedirlos.
Hasta el lugar acudieron familiares y amigos de Maykel Salazar, 14 años; Christian Laina Macías, 17 años; Jennifer Tipán Aguayo, 19 años; Luis Alexander Cauja Márquez, 17 años y Javier Vélez Prieto, 16 años.
Sobrevivientes
Entre los sobrevivientes está Andy Josué Salazar Alarcón, de 13 años, quien aún permanece hospitalizado, bajo cuidados intensivos, aunque ya reaccionó, sostuvo su abuela, Rosario Bernabé. La señora explicó que la víctima no sabe que su hermano, Maikel Gregorio, de 14 años, falleció y es velado en su vivienda, en el callejón Ayacucho y la 22, en el suburbio.
Los deseos que no se concretaron
Las aspiraciones del joven se fueron con su alma, al igual que las de Javier Antony Vélez Prieto, de 15 años, quien “quería jugar en Barcelona. Él siempre entrenaba y en sus partidos lo premiaban. Él decía que iba a jugar algún día en el equipo de sus amores”, señaló su padre, Javier Vélez.
El adolescente era conocido por sus ‘panas’ como Moe, porque su cabello era muy parecido al de un personaje de la serie Los Tres Chiflados, acotó su papá.
En cambio, alguien que alcanzó un nivel de liderazgo en la barra a la que las víctimas pertenecían fue llevado al cantón Durán. Se trata de Miguel Ángel Lozano Jaime, de 40 años, quien fue velado en la ciudadela Los Esteros, del cantón Ferroviario, y por la tarde lo sepultarían en el camposanto Jardines de Durán.
A diferencia de los cofres de los otros fallecidos, el de Ficha, como era conocido Lozano, fue sellado herméticamente, pues en el accidente su cuerpo terminó destrozado, confirmó David, su hermano.