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'Cuidacarros', los 'dueños' de las calles de Guayaquil 

Los 'cuidacarros' insisten en apoderarse de las vías. Una de las zonas conflictiva es en donde están ubicadas las distribuidoras farmacéuticas

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La falta de parqueos obliga a los conductores a formar doble columna.Freddy Rodriguez / EXTRA

Visten chalecos de varios colores y llevan franelas rojas. Se concentran en los alrededores de las distribuidoras de medicamentos, ubicadas en las calles Ximena, Alejo Lascano, Baquerizo Moreno, entre otras. Cobran el parqueo de los carros que se estacionan en las aceras, originando malestar entre quienes no encuentran estacionamientos disponibles al momento de hacer las compras de esos productos.

Varios utilizan conos, tachos de basura y bancas de madera para separar los espacios que, según dicen, están reservados para sus ‘clientes’.

El sector más conflictivo es la calle Alejo Lascano, desde Boyacá hasta Ximena, donde hay una veintena de farmacias. Esas aceras se han convertido en los puestos fijos de estos anónimos vigilantes, que restringen el estacionamiento, especialmente, a taxistas y carros particulares, que deben formar una doble columna para dejar pasajeros en esa arteria que se vuelve muy transitada.

Los ‘cuidacarros’ manejan sus propias tarifas y reglas para permitir el estacionamiento de vehículos en sitios públicos. Cobran entre 80 centavos y 2 dólares, dependiendo del tiempo que cada vehículo permanezca parqueado. Pocos aceptan lo que el cliente les quiera dar.

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En el sitio, los ‘franeleros’, como también se los llama, dicen que ofrecen un servicio, al estar pendientes de que al carro no le pase nada, no lo roben ni lo dañen.

Así comenta Carlos Mendoza, de 57 años, quien se ha dedicado por más de una década a esta tarea. Dice que tiene el aval de la policía, por lo que usa un chaleco naranja con una credencial.

Lo paradójico de este servicio es que muchos conductores se oponen a él, pero han contribuido con su expansión al aceptar el pago.

El conductor José Martínez expresa su molestia por la proliferación de vigilantes callejeros. “Ellos se adueñan de las vías y cobran un servicio que es obligado. Y si uno no les paga, se producen enfrentamientos y agresiones”, señala.

Xavier Narváez, director municipal de Justicia y Vigilancia, sostiene que junto con agentes de la Policía Metropolitana se efectúan permanentemente controles para retirar los obstáculos que ponen los cuidadores.