Escobas, trajes de gala y reguetón en la pasarela de la Asamblea

El color rubí cobijó el ingreso principal a la Asamblea Nacional. Antes de que el reloj marcara las ocho de la mañana del 24 de mayo, afanados trabajadores alisaban la alfombra roja y unían con cinta adhesiva los pedazos de la pasarela política.

Parecía que el escenario de cambio de mando ya estaba listo, de repente cinco empleadas de limpieza irrumpieron el camino con escoba en mano, pero de nada sirvió la fuerza con la que rasquetearon el tapete, ya que pequeños puntitos blancos no pudieron ser retirados.

Los más puntuales a la gala, en la que Lenín Moreno tomará la presidencia, fueron los invitados internacionales. Los saris, kimonos y turbantes desfilaron con prisa por el largo camino, seguidos de las elegantes túnicas del los altos representantes del clero.

Con sonrisa triunfadora puso un pie sobre el tapiz la asambleista María José Carrión. Su pomposo vestido color palo de rosa brilló ante el contacto del flash de las cámaras. Mientras sus hombreras encarrujadas le daban un toque juvenil. Ella agitó la mano saludando y culminó el recorrido posando para los medios de comunicación. Unos pasos más atrás y con su clásico tocado de plumas iba Carlos Viteri, otro de los miembros legislativos.

Pese a la mañana soleada, una brisa recorría el lugar y causaba un escalofrío entre las mujeres, a las que se les ‘enchinaba’ la piel. Luego de una veintena de personajes, la pasarela roja quedó vacía por unos minutos. De pronto, un canción de reguetón sonó por los parlantes, al tiempo de que dos funcionarios caminaron sincronizados con la música y alzaron sus celulares para tomarse un selfie. Antes de que terminara su paso campal por la alfombra roja, alguien silencio la melodía, que había sido puesta por error.

La primera parte del desfiló culminó con el ingreso del padre del presidente electo Serbio Moreno. Su traje bien planchado y sus zapatos recién lustrados fuero lucidos con garbo, pese a la postura encorvada, provocada por sus 90 años.