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Diario Extra Ecuador

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Caminó e ‘hizo dedo’ siete horas para huir del horror

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Stalin Carrión Martínez, Guayaquil
Por sus hijos, la vida. Jacinta Sornoza Zambrano no es maratonista ni mucho menos la Mujer Maravilla, pero 11 horas después de que la tierra sacudiera las provincias de Manabí y Esmeraldas, el pasado sábado, agarró a sus niñas de 15, 14 y 4 años y se lanzó a la carretera para caminar y ‘hacer dedo’ durante siete horas hasta llegar a Santo Domingo.
En su travesía, Jacinta (de 38 años) dejó atrás su casa en ruinas en el recinto Muracumbo, a 12 kilómetros de Pedernales (Manabí); a su hijo mayor (17), que se quedó con su padre para cuidar los animales que crían en el campo, y al pánico que consume a miles de damnificados que se quedaron en esa tierra.
Jacinta, quien ahora espera en el hogar de su madre en Guayaquil que la pesadilla acabe, recuerda cómo inició su ‘escape’ de la tragedia.
Desde el balcón de su vivienda, Jacinta observaba a sus hijas mientras jugaban con unas vecinas. De repente notó que los cables de energía eléctrica empezaron a moverse con fuerza. Gritó, luego corrió y salió de su casa. Los segundos que la tierra tremó fueron eternos para ella. Cuando todo se calmó, miró hacia su casa y vio que lo que había construido junto a su amado ya no estaba: su morada se desplomó.
Las paredes colapsadas destruyeron todos sus enseres. Solo ‘sobrevivieron’ unos cuantos colchones, según lo que pudo observar desde el exterior.
Pero en ese instante pensó que su vida y la de sus hijos estaba en riesgo. No tenían nada más que lo que llevaban puesto. Jacinta decidió salir a las 06:00 del siguiente día.
Fueron algunos kilómetros de caminata que realizó Jacinta y sus hijas hasta llegar al carretero principal. Allí se detuvo un momento para pedir aventón a quienes pasaban por el sitio. Había muchos vehículos que trataban de salir porque la noche anterior se quedaron averiados, recordó.
Un conductor se detuvo y aceptó trasladarlas, pero el viaje fue corto, porque la vía estaba destruida y no había cómo continuar.
Avanzó a pie otros kilómetros más, hasta que encontró otro automotor con “un chofer amable”, pero más adelante sucedió lo mismo. El terremoto había ocasionado graves daños en las vías.
Desde su casa a Santo Domingo no son más de dos horas de viaje con las carreteras en buen estado, pero esta vez le tomó siete horas, entre caminatas y aventones.


La “rescataron”
La mujer no llevaba nada, pero en la memoria se grabó el número telefónico de su mamá, quien habita en el Puerto Principal. En la tierra tsáchila consiguió quien le prestara una llamada telefónica y se comunicó con su progenitora. Arribó a las 15:00 aproximadamente.
Más tarde, sus parientes llegaron a “rescatarla”. Antes de la medianoche llegó a la urbe porteña y fue llevada a la casa de su progenitora, en el bloque 1 de Bastión Popular.
Ayer, la damnificada comentó que otros parientes que fueron afectados en Manabí, algunos de ellos heridos, viajarían a buscar refugio en la casa de su madre, en la cual ya hay más de veinte personas.
Jacinta espera conseguir un trabajo y así lograr que su familia esté unida nuevamente.

 

Fue maestra municipal
Jacinta contó que hasta hace pocos años fue maestra municipal en una escuela, pero dejó de ejercer esa profesión cuando tuvo que dar unos exámenes para ser calificada, de los cuales no aprobó uno.
La madre de familia comentó que necesita ayuda, sobre todo porque no sabe cómo subsistir con sus hijas, pero lo que más necesita es conseguir un puesto de trabajo, para poder seguir manteniendo su hogar hasta que se restablezca.
Si alguien desea colaborar con ella y su familia, puede contactarla al 0991340129, de Ivonne Ibarra, su hermana materna.

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