La historia oficial de la recaptura de José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, el cabecilla más temido del crimen organizado en Ecuador, se desmoronaría. Según reveló el noticiero colombiano Noticias Uno, no habrían sido labores de inteligencia ni el seguimiento a su círculo de seguridad lo que permitió hallarlo. Fue él mismo quien le entregó su ubicación al ministro del Interior, John Reimberg, como parte de un acuerdo de entrega negociada… que terminó en traición.

De acuerdo con el reportaje, Fito, líder de Los Choneros, habría negociado directamente con el Gobierno ecuatoriano su entrega para evitar que su familia fuera enviada a cárceles controladas por bandas enemigas, como Los Lobos. A cambio, pidió protección, la devolución de algunos bienes incautados no ser encarcelado con sus enemigos en Ecuador.

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Pero lo que más llama la atención es el rol que habría intentado jugar Colombia. Alias Fito habría solicitado como condición que su entrega fuera garantizada por la embajadora colombiana en Quito, María Antonia Velasco. A ella le habría enviado una carta escrita de su puño y letra, pidiéndole que sirviera de veedora y garante del proceso, debido a su temor de ser asesinado o enviado a El Salvador al centro de confinamiento para terroristas, como —según su entorno— era la intención del Gobierno ecuatoriano.

Lo informado en Colombia sobre la captura de alias Fito: Minuto 3

La supuesta entrega frustrada de alias Fito

El 4 de junio, abogados de Fito supuestamente se reunieron con un delegado del Ministerio del Interior de Ecuador para pulir los detalles de su entrega. Las capturas de su pareja y otros familiares en Manabí, Guayas y Pichincha días antes habían acelerado su decisión. Tenía miedo de que fueran llevados a La Roca, prisión controlada por Los Lobos.

En la carta que hizo llegar a la embajada de Colombia, Fito, al parecer, exigía que no se utilizara fuerza policial o militar durante su entrega, que se respetara su vida y la de quienes lo rodeaban, y que sus allegados fueran trasladados a la cárcel Regional de Guayaquil, controlada por Los Choneros.

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Sin embargo, aunque la embajadora Velasco habría informado del pedido a la canciller colombiana Laura Sarabia, los hechos supuestamente se precipitaron. A pesar de haber pactado una reunión personal con el ministro del Interior para el 25 de junio en una casa que habría sido señalada por Fito como punto de encuentro, no llegaron funcionarios judiciales… sino las fuerzas especiales ecuatorianas, que irrumpieron en el sitio y luego proclamaron su captura “tras extensas tareas de inteligencia”.

El supuesto giro detrás del operativo de captura de alias Fito

Según reveló Noticias Uno, alias Fito habría incluso tenido una videollamada con el ministro del Interior, John Reimberg. En esa conversación, que habría sido grabada por miembros de su entorno, el cabecilla presuntamente le habló sobre las condiciones para su entrega.

El operativo, presentado como un golpe policial fruto de seguimiento y posible recompensa, podría ser en realidad el desenlace de una entrega pactada con un gobierno que finalmente, según la publicación de Noticias Uno de Colombia, no habría cumplido con su palabra. 

El medio, en su publicación, añade que el fiscal general del Estado, Wilson Toainga, supuestamente había empezado incluso a procesar el cambio de reclusión para los familiares de Fito días antes del operativo, lo que confirmaría —de ser real— que las conversaciones entre el capo y el Gobierno estaban en curso. Pero en vez de consolidar la vía diplomática que incluía a Colombia como garante, Ecuador optó por irrumpir y mostrar una “captura” que ahora queda bajo sospecha.

La revelación sacude no solo la credibilidad del operativo policial, sino también la narrativa del Gobierno ecuatoriano, que había destacado la recaptura como un éxito. Mientras tanto, Fito se encuentra en La Roca, de Guayaquil, la cárcel que justamente quería evitar, en espera de una posible extradición a los Estados Unidos.

Versión del Ministerio del Interior del Ecuador

EXTRA consultó al Ministerio del Interior, a través de su canal de comunicación, sobre lo publicado por el medio de comunicación colombiano. Hasta el cierre de esta nota periodística, no existió respuesta.

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