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Los Ceibos en incertidumbre: ¿la Metrovía compartida es la solución a la congestión?
Los ciudadanos ponen en duda la efectividad del paso a desnivel y advierten que la medida solo trasladará el problema.
La construcción de dos pasos a desnivel en Los Ceibos, ubicada en la intersección de las avenidas del Bombero y Leopoldo Carrera, ha causado más incertidumbre que confianza en los ciudadanos, según lo informado a EXPRESO por varios moradores.
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Aunque el Municipio de Guayaquil asegura que las obras aliviarán la congestión, algunos habitantes y expertos en movilidad temen que los trabajos, que durarán 20 meses a partir del 1 de julio, solo empeoren la situación en el corto plazo.
¿Compartir el carril de la Metrovía?

En una reunión informativa celebrada el 25 de junio con residentes de Los Ceibos y sectores cercanos, el alcalde Aquiles Álvarez anunció una medida polémica: los vehículos particulares podrán utilizar el carril exclusivo de la Metrovía en la avenida Carlos Julio Arosemena durante la ejecución de las obras.
“Aquí estamos para romper protocolos, y no hay problema en que, mientras dure la obra, compartamos el carril sin que pase nada”, afirmó Álvarez ante los asistentes.
Aunque algunos ciudadanos celebraron esta decisión, la medida encendió las alarmas de especialistas en transporte y vecinos de zonas como Vía a la Costa, Los Ceibos, Miraflores y Urdesa. Paola Carvajal, exadministradora del sistema Metrovía, criticó la acción: “Se confirma que el discurso de movilidad sostenible fue solo eso, un discurso vacío.”
Críticas al plan vial: ¿Es esta la solución a los problemas de movilidad?
Para los expertos, la medida de compartir el carril no representa una solución a largo plazo. El arquitecto Roberto González considera que esta es solo una solución temporal, un "parche". “El alcalde cree que esto aliviará la congestión, pero está equivocado. Ir por el carril exclusivo de la Metrovía poco o nada resolverá."
"Además, resulta ilógico cómo la Alcaldía y la ATM cambian de discurso constantemente. Dijeron que ese carril sería exclusivo para la Metrovía, y ahora, como la gente se opone a la obra por el temor a más tráfico, deciden que los vehículos particulares también lo usen. ¿Qué les pasa? Deben ser serios”, sentenció González.
¿Falta de planificación en el proyecto?
La polémica también se extiende a la falta de una planificación integral en el proyecto. La arquitecta Elvira Plaza cuestionó la utilidad de los pasos a desnivel si, una vez cruzados, los vehículos se enfrentan a un “cuello de botella”. “¿Qué logro con un puente que, en ambos lados, me lleva a un cuello de botella?”, planteó Plaza.
Por su parte, el urbanista Ricardo Pozo criticó la falta de visión a largo plazo. “Si realmente hubiera planificación, los procesos no tendrían que apresurarse. El aeropuerto de Daular aún no está operativo”, señaló Pozo. Para él, una solución más sostenible sería conectar la Metrovía con sectores como Chongón, en la vía a la Costa, y acercar servicios a los barrios. De lo contrario, la ampliación de vías solo refuerza el modelo de ciudad extendida, dependiente del automóvil.
“Entonces no hagamos nada”
A pesar de las críticas y propuestas ciudadanas, el alcalde Álvarez defendió la obra y rechazó la idea de detenerla. “Si se plantea no hacer el paso elevado y buscar otras opciones, no entiendo qué alternativas hay para una avenida por la que circulan más de 140.000 vehículos diarios. Es imposible hacerla completamente caminable”, respondió el alcalde a una vecina.
Douglas Valarezo, residente del sector, lamentó que se prioricen soluciones “duras” sin tener en cuenta los impactos sociales. “Esta es una zona tranquila, donde saludamos al vecino y paseamos con nuestras mascotas. ¿Queremos perder todo eso por una obra que puede no ser realmente necesaria?”, cuestionó Valarezo.
La intervención del alcalde, quien concluyó con un tono irónico “Entonces no hagamos nada”, generó aplausos, pero también evidenció un sentimiento de desconexión entre las autoridades y los ciudadanos.