Fue en febrero de 2024 cuando Noland Arbaugh, de 31 años, apareció por primera vez en público con el chip cerebral experimental de Neuralink. Cruzó el escenario en silla de ruedas durante una reunión general de la compañía, saludando con una amplia sonrisa y una gorra roja de Texas A&M. «Hola, humanos», dijo.

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Arbaugh, que había perdido la movilidad y sensibilidad por debajo de los hombros tras un accidente de natación en 2016, mostraba un entusiasmo que pocos imaginaban posible.

Apenas un mes antes, Arbaugh había sido sometido a una cirugía en el Instituto Neurológico Barrow de Phoenix, a unas dos horas y media de su hogar en Yuma. Durante casi dos horas, un dispositivo de cirugía robótica implantó el chip Neuralink y conectó hilos con más de mil electrodos a sus neuronas.

Este implante le permite medir la actividad eléctrica del cerebro y traducirla en comandos digitales. En palabras de Arbaugh, ahora puede "jugar al Mario Kart, controlar su televisor y encender y apagar su purificador de aire Dyson sin mover físicamente los dedos".

El primer día que utilizó el dispositivo, Arbaugh batió el récord mundial de 2017 de velocidad y precisión en control del cursor BCI. "Fue facilísimo aprender a usarlo", contó en una entrevista para Fortune en agosto de 2025. Para él, convertirse en el Participante 1 de Neuralink —o P1, como lo llaman los empleados— no solo significó un avance tecnológico, sino un cambio de vida total.

¿Qué es Neuralink?

Neuralink se distingue de otras compañías que desarrollan interfaces cerebro-computadora (BCI) por su nivel de conectividad y la colocación de electrodos en la corteza motora, la región del cerebro que controla el movimiento. 

A diferencia de competidores como Blackrock Neurotech, cuyos implantes requieren cables conectados a receptores externos, el dispositivo de Arbaugh es inalámbrico, aunque necesita cargarse aproximadamente cada cinco horas. Para facilitar esto, la compañía aplica un tratamiento térmico a la bobina de carga, que puede colocarse en algunos de sus sombreros, permitiéndole recargarlo mientras lo usa.

El escrutinio público también es parte de la experiencia. Desde que se reveló como P1, Arbaugh ha sido invitado a múltiples podcasts y entrevistas, y ha experimentado la exposición mediática de primera mano: su cuenta X fue hackeada y un equipo SWAT llegó a su casa tras un aviso falso sobre su seguridad. "Estoy tan ocupado todo el tiempo», dice, riéndose. «Esto es tan diferente a mi vida de antes... Siento que estoy tratando de recuperar el tiempo perdido tras ocho años sin hacer nada, como tirado, mirando fijamente a la pared".

Neuralink y sus participantes voluntarios en sus chips cerebrales

Desde enero de 2024, ocho personas más se han inscrito en los ensayos clínicos de Neuralink, incluyendo una mujer, en Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña y Emiratos Árabes Unidos. Todas padecen parálisis o ELA, y las cirugías se han realizado en hospitales estadounidenses, con dos participantes operados el mismo día a finales de julio.

"Nuestro objetivo es construir una interfaz cerebral completa", declaró DJ Seo, cofundador y presidente de Neuralink, durante la reunión de actualización de verano.

Para Arbaugh, la BCI ha transformado su día a día. La usa unas 10 horas al día para estudiar, leer, jugar y gestionar tareas como coordinar entrevistas. Se matriculó en una universidad comunitaria en Arizona, cursando requisitos previos para un título en neurociencia, y desarrolla su propio negocio: conferencias profesionales y charlas en vivo. Antes de la cirugía, admite, "me quedaba despierto toda la noche y dormía todo el día, y no quería molestar a nadie... Simplemente no tenía ningún propósito".

Ahora, con la autonomía recuperada, Arbaugh siente que puede explorar su potencial de formas significativas. «Siento que tengo potencial de nuevo. Supongo que siempre lo he tenido, pero ahora estoy encontrando la manera de desarrollarlo de maneras significativas. Es muy diferente».

Curiosamente, nunca había oído hablar de BCI ni de Neuralink hasta que su amigo de la escuela militar, Greg Bain, un fanático de Elon Musk, le contó sobre el primer ensayo clínico mientras investigaba SpaceX a finales de 2023. Arbaugh se inscribió ese mismo día, convirtiéndose en el pionero de una tecnología que promete cambiar no solo su vida, sino la forma en que interactuamos con el mundo digital. «Nunca dudé ni un segundo», concluye.

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