Viviana C. será investigada por la Fiscalía por el delito de asesinato, luego de que su pareja, Miguel E., fuera encontrado muerto en la puerta de su casa, ubicada en Chavezpamba, una parroquia rural del extremo nororiental de Quito.

Según el expediente judicial, la sospechosa declaró durante la audiencia de formulación de cargos que su pareja se habría apuñalado a sí mismo tras una discusión.

El hecho ocurrió la tarde del 15 de mayo. Al parecer, Miguel no había regresado a casa desde el día anterior. Viviana lo llamó varias veces, pero él no contestaba el celular. Cuando finalmente respondió, lo hizo alterado y le dijo que ya iba para la casa. Al llegar, según la mujer, se armó el relajo: “Comenzó el forcejeo. Me tenía con su mano en el cuello y un cuchillo en la otra”, narró.

La sospechosa aseguró que, durante la pelea, su pareja se apuñaló en el pecho. Ella intentó llevarlo al centro de salud ubicado frente a su casa, pero él se desplomó en la puerta del domicilio.

En el expediente también consta la versión de un médico que salió del centro asistencial para ayudar a la víctima y le brindó los primeros auxilios hasta la llegada de los paramédicos del Cuerpo de Bomberos, quienes confirmaron la muerte de Miguel.

Policías del sector detuvieron a la mujer y se contactaron con familiares de la víctima para continuar con el proceso legal.

La denuncia por asesinato

Según el expediente, ninguno de los allegados que vivían cerca del lugar quiso presentar la denuncia. En su lugar, llamaron a un primo que vive en San José de Minas, a quien le dijeron que habían matado a Miguel.

Este, al no obtener detalles claros, llamó a otros parientes para confirmar la información. Finalmente, logró comunicarse con Viviana, quien le respondió entre lágrimas. Le contó que habían discutido y que Miguel se había clavado un cuchillo en el pecho.

El primo de la víctima contó a los policías que no supo de problemas que hayan tenido como pareja. Añadió que la semana pasada les invitó a su casa en San José de Minas en donde Miguel le había regalado unos gallos.

El padrastro del apuñalado también relató que nunca conoció algún altercado entre la joven pareja y añadió que hace un año habían llegado desde la Costa para rehacer su vida porque no tenían recursos.

La víctima trabajaba en una plantación de rosas a la cual no había asistido el 15 de mayo. El jefe le había llamado a su padrastro para saber si conocía de su paradero, pero este no supo precisar.

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