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Obreros municipales utilizando maquinarias pesadas demoraron alrededor de cuatro horas para dejar expedita el área.JL

Los aguajes cada vez afectan más a al Malecón de Salinas

Por las labores de limpieza, seis cuadras del malecón fueron cerradas al tráfico vehicular. Este tramo resultó con gran cantidad de conchilla y agua acumulada después de la bajamar.

La fuerza del mar traspasó nuevamente el malecón de Salinas. La mañana de este lunes 22 de enero el agua del océano llegó hasta la segunda avenida y, aunque no se reportaron daños materiales, el fenómeno sorprendió a los turistas que pernoctan en el reconocido balneario peninsular.

Por las labores de limpieza, seis cuadras del malecón fueron cerradas al tráfico vehicular. Este tramo resultó con gran cantidad de conchilla y agua acumulada después de la bajamar.

Obreros municipales utilizando maquinarias pesadas demoraron alrededor de cuatro horas para dejar expedita el área.

Lo sucedido la tarde del domingo y la mañana de este lunes no es nuevo en Salinas, pero si causa enorme preocupación debido a que cada vez que se presentan aguajes fuertes ocurren este tipo de emergencias.

“Se debe hacer algo por Salinas; de continuar estos oleajes se puede perder su encanto natural y sería algo lamentable”, dijo la guayaquileña Miriam Vivas.

Daniel Cisneros, alcalde de Salinas, señala que el ente de su dirección ya tiene listos los estudios para la recuperación de la playa del balneario que por las erosiones cada vez se reduce.

Semanas atrás se efectuó la primera socialización y se gestiona en los entes estatales la consecución de los recursos económicos para la ejecución del proyecto.

El estudio establece dos alternativas para solucionar el problema. La primera es la construcción de una infraestructura rocosa paralela a la playa a una distancia de 160 metros en el mar con esto se disminuirá completamente la fuerza del mar, pero su costo es muy elevado.

La segunda alternativa viable es la construcción de dos espigones perpendiculares en el agua con dirección hacia la playa, cuyas longitudes serían de 300 y 200 metros.

Cada espigón deberá ser construido con geotubos de membrana en su núcleo y cubierto por rocas.

La función de los espigones es retener los sedimentos para provocar de manera natural un relleno de arena en la orilla.

La idea es lograr una anchura de cuarenta metros en pleamar. “Una vez construida la protección costera, el siguiente paso será el nuevo malecón”, manifestó la autoridad municipal.