Faltaban cuatro meses para que Nancy Domínguez, de 22 años diera a luz al bebé que estaba gestando. Pero ese encuentro entre madre e hijo no sucederá. Ella y su criatura acaban de morir a causa de las cuatro puñaladas que la fémina recibió, presuntamente, de manos de su conviviente.

El femicidio ocurrió a eso de las 19:30 del 9 de noviembre,  en la casa donde la pareja vivía, ubicada entre las calles 10 de Agosto y Esmeraldas, en La Concordia. El ataque ocurrió en el patio del inmueble.

Una discusión entre Nancy Margarita y su marido, quienes habrían estado ebrios, habría desatado el violento hecho que, después de las 19:30 de ese martes trágico, se regó como pólvora por la ciudad.

Ricardo Pincay, propietario de la casa donde vivía la occisa, dijo nervioso que antes del crimen había hablado con la víctima y le pidió que no discutiera. En ese momento, la mujer tenía entre sus manos un cuchillo con el que aparentemenre fue asesinada minutos después.

Los moradores del sector donde ocurrió el asesinato, que ha sigo catalogado como femicidio por parte de la Policía, se mostraron consternados por lo ocurrido, más aún porque la víctima estaba embarazada. Ellos presenciaron con miedo y horror el momento que los agentes de la unidad policial Dinased realizaban el levantamiento del cuerpo.

La impresión fue tanta que una amiga de Nancy, que llegó a constatar lo que le habían dicho, se desmayó.

Los amigos de la hoy occisa dijeron que ella estaba en el quinto mes de embarazo y que antes de unirse con su actual pareja y presunto asesino, ella ejercía el trabajo sexual en el parque de La Concordia.

Las puñaladas que recibió Nancy estaban localizadas en su cuello, pecho, espalda y antebrazo izquierdo.

Nancy, quién era madre de tres niños menores de 5 años, tenía en su cuerpo cuatro puñaladas, localizadas en espalda, cuello, pecho y parte frontal del antebrazo izquierdo, informó la policía.

Con respeto a los menores, salió a relucir que en 2018 la ahora Unidad de Policía Especializada en Niñez y Adolescencia (Unipen) de Santo Domingo de los Tsáchilas se los quitó una vez que constaran que la mujer regaló a uno de sus pequeños.