“Los consumidores de ‘H’ se secan como ratas envenenadas”

“Las drogas están asesinando a nuestra juventud. Los ecuatorianos estamos pagando una factura extremadamente grande”. Ithel Idrovo Arana, milagreño de 46 años y creador de la Fundación Salva Tu Vida, con presencia en Ecuador, Colombia, Perú y Panamá, lanza un llamado para hacer frente a los problemas que los estupefacientes, en especial la ‘H’, están ocasionando a los jóvenes del país.

Desde hace unos veinte años, su entidad ha rescatado a más de 3.000 personas de las garras de las drogas. Pero ahora, con la ‘H’, las alarmas se han disparado. “Hay muchos jóvenes que están muriendo. Todas las drogas son malas y peligrosas, pero la ‘H’ definitivamente es la droga asesina que está lacerando, depredando y matando a familias enteras. El promedio de vida de un consumidor es de cuatro, cinco o seis años”, destaca.

Por eso, considera crucial que la sociedad no minimice los estragos que los narcóticos generan y que se haga una lectura rigurosa y realista del fenómeno: “Minimizar este asunto ha sido un grave error que hemos cometido todos los miembros de la sociedad civil”.

De hecho, en torno al 60 por ciento de los pacientes que acuden al Centro Humanos, que él mismo gestiona, son consumidores de ‘H’, además de alcohólicos, cocainómanos, etc. “Ahorita, es la mamá de todas las drogas. Las drogas son destructivas y te llevan a los mismos lugares: cárceles, hospitales y, finalmente, a la muerte. Pero la ‘H’ es muy particular, un veneno puro que, además de generar una dependencia física y psíquica, genera una autodestrucción inmediata”.

Y para ilustrar el alcance de los perjuicios que causa en los consumidores, hace una comparación muy gráfica. “Las ratas, cuando ingieren un veneno, se secan. Es el mismo efecto de quienes inhalan ‘H’. Los consumidores de ‘H’ se secan como las ratas porque su organismo interno se va deteriorando”, afirma vehemente.

A su juicio, para combatirla hacen falta más campañas de prevención, tratamientos más efectivos y más centros de rehabilitación para erradicar esta lacra, que él califica como “una pandemia”. “A la cabeza hay que poner a personas que sepan realmente de estas cosas. En las instituciones hay muchas que están dando lo mejor de sí, llenas de buena voluntad, pero cortas de conocimiento. Hacen falta más personas que tengan experiencia. De lo contrario, vamos a dar vueltas”, indica.

Una de las opciones, desde su punto de vista, es sellar convenios entre el Estado y los centros ya existentes para ayudar a los afectados: “Yo todos los días recibo a 20 o 30 personas con serios problemas, muchos de ellos en etapa terminal”.

Ante esta tesitura, Idrovo ha plasmado su visión en el libro ‘Cero drogas’, donde da consejos a los padres para fomentar la prevención en el hogar y analiza los componentes y peculiaridades de cada sustancia.