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Diez avenidas que son un ‘imán’ para los desechos
La Abdón Calderón, Raúl Clemente y 25 de Julio lideran la lista. Son cientos de toneladas las que se recogen a diario.
Bolsas de basura con desperdicios de comida o elementos inorgánicos son parte del paisaje en el casco urbano, ya antes denunciado por este Diario. Esta vez, basado en los reportes de la concesionaria Puerto Limpio, EXTRA muestra un ‘top’ de las avenidas -que considera- son las más sucias de Guayaquil.
En la lista (como consta en la gráfica) figuran las avenidas Abdón Calderón, Raúl Clemente Huerta, Adolfo H. Simmons, 25 de Julio, Pío Jaramillo, Perimetral, Domingo Comín, Casuarina, Eduardo Solá Franco y la vía a Daule.
El paso frecuente de vehículos que arrojan desechos y la conducta errónea de transeúntes que asimismo los arrojan en los exteriores de los negocios, mercados y hogares han ocasionado que estos puntos sean los más conflictivos para la recolección.
Karla Aguas, vocera de Puerto Limpio, indica que, pese a que la recolección que la entidad realiza es puerta a puerta, “los ciudadanos arriesgan su vida cruzando hacia los parterres centrales de las calles para dejar basura”.
La concesionaria también envió a este Diario un registro sobre las zonas de la ciudad donde existe mayor incidencia de mala disposición de los desechos. Y en el sur, donde la cantidad de recopilación diaria supera las 440 toneladas según los datos, se enlistan sectores como el Guasmo (Unión de Bananeros, Miami Beach), la Trinitaria, Los Esteros, Coviem, Sopeña, Fertisa, La Pradera.
Al igual que lo han hecho otros expertos, Carlos Cabezas, líder barrial de La Pradera y consultor ambiental, considera que la mala disposición de los desechos en esos sectores tiene una culpa compartida entre varios sujetos, él los enumera.
“Primero: Puerto Limpio aún no tiene un sistema eficiente de recolección; segundo, los perros rompen fundas para buscar alimento; tercero, los ‘chamberos’ desperdigan los desechos para buscar material de reciclaje; y, cuarto, los moradores arrojan los desechos donde y cuando quieren”, detalla.
Cabezas -y en ello coincide Mauricio Gellibert, habitante de la ciudadela Coviem- considera que la autoridad debe pensar en una recolección segregada, es decir, que desde el hogar se instruya a la ciudadanía para que coloquen los desechos orgánicos e inorgánicos de forma separada, y así evitar el olfateo de animales o que los ‘chamberos’ rompan las fundas de comida.
“En La Pradera, por ejemplo, se forman carpetas asfálticas de basura. La empresa no recoge bien los desechos, y lo que se queda desparramado luego es aplastado por los vehículos. Se ve horrible”, opina.
Gustavo Zúñiga, director de Aseo Cantonal, Mercados y Servicios del Municipio, explicó a este Diario que la propuesta de segregar la basura es poco viable por falta de recursos.
“Hacer el reciclaje de esta manera tendría un costo adicional de equipos y personal con los que actualmente el Municipio no cuenta. Es cierto que hay una mala disposición de la basura, pero eso ya es una cuestión de educación”, agrega
Según Zúñiga, este malestar se debería solucionar entre los moradores, los chamberos y los recicladores. “Quieren que nosotros solucionemos el problema. Hablamos con el uno y con el otro y aparentemente se ponen de acuerdo, pero al final nunca lo hacen”.
Al noroeste, la problemática es similar en sectores como: Voluntad de Dios, Monte Sinaí, La Carolina y Sergio Toral 1 y 2; donde en total se recogen 380 toneladas.
De los 1.528 colaboradores de la recolección, 224 entre paqueteadores (quienes recogen la basura del hogar) y carretilleros (quienes barren las calles) se destinan al sur, mientras que 130 trabajan en el norte. El personal restante trabaja en otros puntos.