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Coronavirus: ¡Podría ser el último adiós!

El Hospital IESS Quito Sur brinda un servicio a los familiares de los enfermos con COVID-19 para que se comuniquen con ellos mientras se recuperan.

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Kathy Terán y su padre visitaron “digitalmente” a su pariente que está contagiado.Angelo chamba

Kathy Terán le pidió la bendición a su abuela por videollamada, la mañana de ayer. La adulta mayor se encuentra internada en el Hospital IESS Quito Sur y no puede tener contacto directo con su familiar porque está contagiada con COVID-19.

Sin embargo, en este centro hospitalario se habilitó un servicio para que los parientes de los enfermos puedan comunicarse con ellos y puedan conocer el estado de salud en el que se encuentran.

Kathy se alegró de ver a su abuelita, María Isabel Rosero, luego de que el pasado 29 de julio la ingresaron con oxígeno al hospital. La anciana le dijo que estaba recuperándose y que pronto quería ver a toda la familia. La joven indicó que su abuela es la séptima persona que se contagia en su familia. El resto vivía con ella, pero ahora se encuentran aislados. 

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Visitas Virtuales

El servicio de videollamada se lo aplica según el criterio clínico de un médico especialista del hospital. Él entrega un listado de pacientes que pueden ser contactados.

Por ejemplo, personas que tienen una estancia de 72 horas, que tienen un deterioro significativo en su salud o que necesiten la instalación de oxígeno de alto flujo o cambio a una unidad de cuidados intensivos.

La incertidumbre de no saber cómo estaba mi abuelo me generaba angustia. Ahora que lo llamé me siento más tranquila”.Alexandra Alarcón. Familiar de paciente

Luego el personal de atención al usuario se comunica con los parientes y coordina la hora y el lugar para realizar la videollamada. En ocasiones, este contacto mediante una tablet puede ser el último adiós de los familiares con sus seres queridos hospitalizados.

Alexandra Alarcón no quiere que la llamada que le hizo a su abuelo ayer sea la última vez en la que vuelva a ver su rostro. El hombre, de 72 años, ingresó hace dos semanas a la casa de salud porque tenía malestar en el cuerpo y desde entonces no tuvo contacto con su nieta. Ella derramó lágrimas y le dijo a su abuelo que pronto podrán abrazarse.

Este servicio también está disponible para familiares de enfermos que radican en otros países. En esta casa de salud existen 270 pacientes en hospitalización y diariamente se realizan de tres a cuatro llamadas.