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Alexandra Soria fue localizada la madrugada del 21 de agosto pasado, en Carapungo, norte de Quito.Cortesía y archivo

‘Sonrió’ a la cámara y lo metieron preso

Un ecuatoriano fue detenido para continuar con las investigaciones de la muerte de la ginecóloga Alexandra Soria. Un cubano también está aprehendido por el hecho.

Javier Arias tenía una ligera sonrisa cuando retiraba dinero de un cajero. Su rostro quedó grabado en la cámara del lugar, en donde habría usado una tarjeta bancaria de Alexandra Soria, ginecóloga asesinada el 21 de agosto pasado.

El hombre fue aprehendido la mañana del pasado viernes, en el sector de El Batán, en el norte de Quito. Mientras que en la avenida Diez de Agosto y Nazaret fue localizado Alejandro Manito Hernández para continuar con las indagaciones del crimen.

La fiscal Thania Moreno detalló que ambos sujetos serían amigos de la hija de la doctora Soria. Ella fue detenida un día después del hecho como sospechosa.

Según la jurisconsulta, los detenidos habrían usado las tarjetas de retiro como un favor para la chica. Durante la audiencia de formulación de cargos, los implicados negaron saber algo del suceso.

“Los dos no salieron de sus viviendas desde el día que se conoció del crimen”, acotó la profesional en derecho.

La Policía indicó que este tipo de acciones son de “seria responsabilidad”. Por ello se emitieron órdenes de allanamiento para indagar en los domicilios de Arias y Manito Hernández.

La médico tenía golpes en su cabeza y su cuerpo estaba dentro del maletero de su auto. Ella fue hallada frente a una empresa de Carapungo, en el norte de Quito.

Tampoco sabe nada

La fiscal Moreno precisó que la hija de Soria, quien permanece detenida en el Centro de Rehabilitación Social de Latacunga (Cotopaxi), aseguró que tampoco sabía nada del ataque contra su madre.

En las diligencias investigativas, los agentes consiguieron las grabaciones de seguridad del conjunto residencial donde la señora vivía con su segunda vástago (la sospechosa). Allí se observa que ella y la joven salían en el auto, junto a un individuo, quien no ha sido identificado.

Con esas pruebas, los gendarmes allanaron el domicilio, encontrando prendas y lugares manchados de sangre y recibos de retiro de plata.

Tras la diligencia judicial realizada contra los nuevos implicados, la jueza ordenó prisión preventiva para el ecuatoriano y cubano. Además, añadió 30 días más para indagar el suceso.