Exclusivo
Actualidad

Crisis humanitaria en Gaza: la ayuda no basta para frenar la hambruna
La desnutrición en Gaza crece pese a la ayuda humanitaria. Médicos advierten que no es suficiente
A finales de julio, el principal monitor mundial del hambre confirmó lo que muchos temían: la hambruna se ha extendido en Gaza. El informe señala un aumento de muertes relacionadas con la desnutrición, impulsadas por la inanición generalizada y enfermedades asociadas. Según el Ministerio de Salud del enclave, al menos 200 personas han fallecido por causas vinculadas al hambre, aunque los expertos advierten que la cifra real podría ser mucho mayor.
(Lea esta nota también: Starmer condiciona a Israel: Palestina podría ser reconocida en septiembre)
Las dificultades para registrar muertes fuera de los hospitales y el hecho de que la desnutrición agrava otras condiciones médicas, hace que muchos decesos no sean atribuidos directamente al hambre. En este contexto, la crisis alimentaria se convierte en una amenaza silenciosa que profundiza la catástrofe humanitaria que vive Gaza.
Incluso si se incrementa la ayuda humanitaria, el simple ingreso de alimentos no será suficiente para revertir la situación, especialmente en pacientes con desnutrición severa. Los niños son particularmente vulnerables, y muchos requieren tratamiento especializado y cuidados intensivos que actualmente no están disponibles en la región.
Desnutrición severa requiere más que alimentos
El tratamiento de la desnutrición aguda grave va más allá de la entrega de alimentos. Según el profesor Robert Akparibo, de la Universidad de Sheffield, “el simple envío de alimentos en una situación de crisis no resuelve realmente el problema de la desnutrición aguda grave”. La recuperación requiere nutrientes adecuados y evaluación médica especializada.
Durante las primeras semanas de tratamiento, los pacientes enfrentan riesgos como el síndrome de realimentación, un trastorno metabólico que puede provocar convulsiones, insuficiencia respiratoria o incluso paro cardíaco, aseguro la profesora Pooja Yerramilli, de la Universidad Johns Hopkins.
Los expertos recomiendan el uso de alimentos terapéuticos listos para usar (RUTF), una pasta energética que ayuda a ganar peso y no necesita refrigeración. En casos más graves, se suministran leches especiales, rehidratación intravenosa, antibióticos o tratamientos antiparasitarios. La atención hospitalaria es vital para los niños con infecciones u otras complicaciones.
Centros colapsados y escasez crítica en Gaza: el tratamiento es casi imposible

A pesar de que los tratamientos para la desnutrición aguda están probados como eficaces, el acceso a ellos es extremadamente limitado en Gaza. La guerra ha desplazado a miles y ha destruido el 94 % de los hospitales, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los cuatro centros especializados que aún operan están al límite de su capacidad y enfrentan una alarmante escasez de combustible. La OMS advirtió que los suministros podrían agotarse a mediados de agosto. Mohammed Fadlalla, médico del hospital de campaña al-Zawaida y miembro de Médicos Sin Fronteras, denunció “estamos observando la escasez tanto en el ámbito médico como en el nutricional”.
Los niños en recuperación tampoco pueden complementar su dieta con alimentos nutritivos por la falta de disponibilidad en el entorno. Según el epidemiólogo Francesco Checchi, esta situación favorece las recaídas: “En este tipo de situaciones, donde existe una inseguridad alimentaria crónica sin resolver en los hogares, lo que solemos observar es que estos programas nutricionales tienen altas tasas de curación”.
“Pero las tasas de recaída también son muy altas”. “Por lo tanto, es probable que el niño recupere peso y, al menos temporalmente, se recupere de la desnutrición grave o moderada, pero entonces se queda con la misma situación que lo llevó por ese camino en primer lugar”
Bloqueos, violencia y una respuesta humanitaria criticada

Mientras Gaza enfrenta una emergencia nutricional sin precedentes, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha calificado los reportes de hambruna como una “mentira descarada”, una postura que contrasta con la del expresidente Donald Trump, quien reconoció una “hambruna real” en la región.
Desde hace meses, Israel impone un bloqueo casi total al enclave, limitando severamente el ingreso de alimentos. A finales de mayo, la ONU fue reemplazada en la distribución de ayuda por la Fundación Humanitaria de Gaza (FGH), respaldada por Estados Unidos e Israel. Esta organización ha sido duramente criticada por su falta de eficacia.
Según la ONU, más de 1.300 personas han muerto en o cerca de puntos de distribución de la FGH hasta el 31 de julio, afirmando que “la mayoría de estos asesinatos fueron cometidos por el ejército israelí”. Aunque Israel niega estas acusaciones.
El Comité de Revisión de la Hambruna declaro “los envíos de ayuda alimentaria han sido sumamente insuficientes, y nuestro análisis de los paquetes de alimentos suministrados por el GHF muestra que su plan de distribución provocaría una hambruna masiva, incluso si pudiera funcionar sin los atroces niveles de violencia reportados”
El colapso del sistema de salud y el hambre que consume a todos
La situación ha llegado a tal punto que incluso los propios médicos y trabajadores humanitarios están mostrando signos de desnutrición. Organizaciones no gubernamentales advierten que sus equipos se están “consumiendo” por la falta de alimentos, lo cual pone en riesgo la continuidad de los servicios médicos.
Las consecuencias de la desnutrición severa van más allá de la supervivencia inmediata. Los niños que logren superar esta etapa podrían enfrentar daños permanentes en su salud. Además, las heridas provocadas por bombardeos, tiroteos o enfermedades infecciosas se curan mucho más lentamente en personas desnutridas, lo que congestiona aún más el colapsado sistema de salud.
“Todos los pacientes que operamos presentan algún grado de desnutrición, simplemente por cómo se está recuperando su cuerpo”, afirma Fadlalla. Las heridas tardan mucho más en sanar y las infecciones aumentan. Finalmente, sentencia: “Les puedo decir de primera mano que todos en Gaza pasan hambre, todos”.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡Suscríbete aquí!