Actualidad
¡Se ahorcó en el dormitorio de su padre!
Fue su progenitor quien al arribar en horas de la madrugada de este jueves a descansar a la casa, se encontró con el desgarrador cuadro.

Fue su progenitor quien al arribar en horas de la madrugada de este jueves a descansar a la casa, se encontró con el desgarrador cuadro.
“Partiste dejando un gran vacío en nuestros corazones, yo y tu hijo nunca te olvidaremos”, decía entre sollozos, Belén Granda, mientras miraba la foto de su esposo, Jonathan Fabián Ramírez Chacha, 24 años, quien decidió quitarse la vida ahorcándose este jueves 31 de enero de 2019.
El ahora occiso acudió hasta la casa de su progenitor ubicada en el barrio Centenario de José Luis Tamayo, en Salinas, provincia de Santa Elena, y aprovechando que no había nadie, se encerró en el dormitorio de su padre, amarró una sábana a la viga principal de la habitación y después se lanzó al vacío.
Fue su progenitor quien al arribar en horas de la madrugada de este jueves a descansar a la casa, se encontró con el desgarrador cuadro. Como Jonathan ya no vivía allí, la impresión resultó ser mayor.
Ramírez Chacha, quien practicaba el deporte de BMX, presuntamente cometió el suicidio en estado etílico. Sus allegados indicaron que desconocen las causas del porqué decidió terminar con su existencia.
Quienes lo conocían, al enterarse de lo ocurrido, lamentaban el infausto suceso. El joven era popular en el sector de Muey por las acrobacias que hacía con su pequeña bicicleta. “Por qué tuviste que matarte Chacha, no lo puedo creer mi pana”, decía uno de sus amigos.
El cuerpo sin vida de “Chaca”, como lo conocían, fue llevado hasta el anfiteatro municipal para las diligencias de ley. La institución denominada ‘Voz de los Techos de Muey’, efectuó una cruzada solidaria para recaudar fondos económicos para costear los gastos funerales. Por su parte la comunidad acudió a colaborar en gran número por el apreció que le tenían.
“Por aquí todos lo conocíamos, era muy querido; se va hacer raro no verlo en las tardes con su bicicleta haciendo piruetas y malabares”, decía Carlos González, uno de los moradores de la población de Muey.