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Cumplió su promesa de ver en prisión a supuesto asesino

Sujeto habría baleado a su esposo y a su hijo. Crimen se cometió en Santa Elena y al sospechoso lo cogieron en El Oro

detenido
El día del crimen, Anita Narváez prometió que no descansaría hasta que Barreto sea detenido.Joffre Lino

Al fin se cumplió la promesa que hizo Anita Narváez, el martes 24 de enero del 2017, al pie del charco de sangre que resultó del asesinato de su esposo Flavio Abad Carrera y de su hijo Johan Cabezas.

Ese día, la mujer en su llanto desgarrador prometió que no descansaría hasta ver en prisión al asesino de sus dos seres amados.

Y la tarde del viernes 1 de octubre, en el sector Simón Bolívar de la ciudad de Machala, en El Oro, la policía detuvo al sospechoso del doble crimen, identificado como Alexi Miguel Barreto Vélez, quien se escondía en el lugar y había cambiado su look (cabellera larga con moño y barba).

Los asesinatos ocurrieron en el barrio Nueva Jerusalén del sector Velasco Ibarra, perteneciente a Salinas. Fue una noche en la que Johan, de 17 años, acusó a Barreto Vélez de robarle una moto. El presunto ladrón se indignó y se fueron a los puños. Como el muchacho le estaba ganando la pelea, Barreto Vélez sacó un arma y le disparó. Entonces, el padrastro de Johan, Flavio Abad, salió en su defensa y también recibió un tiro. Las víctimas fueron llevadas al hospital Rafael Serrano López, pero fallecieron.

Los asesinatos conmocionaron a los moradores del sitio donde ocurrió la desgracia y estos, indignados, destruyeron dos casas, donde vivían el presunto asesino y otro sujeto que esa noche lo acompañaba.

Desde ese entonces Anita Narváez abandonó la península y se radicó en Guayaquil. Con ayuda de la policía, la fémina empezó la búsqueda del sujeto que le ‘destrozó’ la vida y no descansó hasta que lo logró.

La mañana del sábado 2, los moradores del barrio Nueva Jerusalén, al conocer de la detención de Barreto, se mostraron tranquilos, pues desde que ocurrió el doble crimen se sentían preocupados por temor a que este regrese a vengarse por la casa que le destruyeron.