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¡Derrumbe de montaña se ‘tragó’ a vigilante de la CTE!
Un patrullero acudió al auxilio del motorizado que chocó contra las piedras. Cuando el vigilante ayudaba a subir el liviano vehículo, la avalancha lo sepultó. El otro falleció en un hospital.

Los familiares del motociclista Julio Manzaba, desconsolados por su trágica partida.
Parte de una montaña se desmoronó y causó la muerte de Julio Manzaba y Eduardo García, de 29 y 27 años, respectivamente. La tragedia ocurrió en el kilómetro 4 de la vía Santo Domingo-Las Mercedes, la madrugada de ayer, y enlutó a dos familias.
Manzaba, que circulaba en su moto con su cuñado Eddy Espinoza, se accidentó por el desprendimiento de piedras, mientras que García, vigilante de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), fue arrastrado por un segundo deslave cuando trataba de subir la moto de Manzaba al patrullero.
Desde ese momento se desplegó una búsqueda sin descanso del uniformado, pues se tenía la esperanza de que se encontrara con vida. Sin embargo, aproximadamente a las 09:25 de ayer, su cuerpo fue desenterrado del lodo.
Salían del trabajo
Una hora antes Julio Manzaba había fallecido en el hospital Gustavo Domínguez, a donde fue trasladado en estado crítico tras el primer derrumbe. “Julio, mijito, ¿por qué te me fuiste? Eras tan buen muchacho”, gritaba desconsolada una mujer sentada en la vereda frente a la casa de salud.
“No alcanzó a frenar... Estábamos regresando a la casa, salíamos del trabajo”, explicó Espinoza sobre el accidente. Manzaba quedó inconsciente. Los médicos intentaron estabilizarlo, pero identificaron traumatismos graves y fracturas en su cabeza.
Además, tenía golpes en el tórax y abdomen, según Édwin Omaña, coordinador del área de emergencia de la casa de salud.
No pudo escapar
García estaba en el balde de la camioneta, ayudando a subir la moto de Manzaba, cuando ocurrió el otro derrumbe. Sus compañeros pudieron correr. El vigilante fue arrastrado por el deslave junto con el vehículo.
Una moradora de Brasilias del Toachi dijo a EXTRA que fue testigo de toda la tragedia desde su casa. Afirma que García gritaba “auxilio” y “ayuda”, durante unos minutos y luego no lo escuchó más.
García era originario de Esmeraldas y tenía alrededor de cinco años prestando servicio en Santo Domingo.