Ayer se vivieron momentos dolorosos en la morgue de Milagro, luego de que se identificara el cuerpo mutilado que la policía encontró, un día antes, en la vía que conecta a Chagüe con el recinto Inés María.

Luis Macías fue el encargado de la penosa tarea. Él confirmó a las autoridades que aquel torso y la cabeza desprendida pertenecían a Steven, el mayor de sus tres hijos.

Al tiempo, los demás parientes llegaban poco a poco y las escenas desgarradoras se incrementaban. Se abrazaban y gritaban. Nadie entendía porqué el joven, de 23 años, que se dedicaba a la construcción con su padre, fue asesinado así.

Ellos llegaron a la morgue porque reconocieron, en redes sociales, una imagen en la que describía los tatuajes que tenía en el abdomen y brazo el muchacho.

Salió a ‘chupar’

Felipe Bajaña, abuelo paterno de la víctima, estaba un poco más calmado. Comentó que desde el viernes en la noche no sabían nada del joven que deja a dos menores de edad en la orfandad.

“Él andaba con un primo. Llegó a la casa a dejarle la comida a la mamá y de ahí salió en una moto. Dijo que se iba a chupar, pero no sabemos a dónde”.

Los deudos quieren saber quiénes lo asesinaron, pues aseguran que era un joven que no tenía problemas con nadie. Ahora lo que esperan es que las autoridades policiales les den respuestas y conocer el sitio donde fue encontrado el cuerpo por partes.

Hasta pasadas las 15:00 de ayer, los deudos caminaban impacientes en los exteriores de la sala de autopsias, esperando que terminaran con el protocolo médico legal y retirar el cuerpo para llevarlo a su casa, en las calles 12 de Octubre y Latacunga de la ciudadela Nuevo Milagro, para su velatorio.