Kevin Paredes Jiménez, de 25 años, fue declarado muerto a las 21h30 del domingo, 8 de octubre, debido a heridas graves causadas por una explosión e incendio de un dispositivo electrónico que cargaba próximo a la cama que dormía. Las investigaciones hechas por las autoridades descartan que haya sido el teléfono móvil que provocó el incendio que se expandió a su cama y colchón en el que dormitaba, resultando en quemaduras mortales.

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El joven, de origen ecuatoriano y que vivía con su madre en Vera, Navarra, en España, dormía en su residencia en el número 3 de la calle Alzate. Al mediodía del domingo una explosión se produjo en su habitación. 

A las 14h20, la Guardia Civil fue notificada del denso humo generado por el incendio que hizo necesario la intervención de los bomberos de Navarra. Se intentó reanimar al herido por quemaduras graves antes de trasladarlo en helicóptero al Hospital de Cruces en Bizkaia, donde fue ingresado en la Unidad de Quemados hasta la confirmación de muerte.

Se especulaba al comienzo de la investigación que era el teléfono móvil de la víctima lo que había provocado el incendio. Se ha descartado por los agentes policiales que éste haya sido el causante ya que fue encontrado en el suelo de la residencia sin signos de explosión. Lo que provocó las llamas era un dispositivo electrónico enchufado en una toma corriente, que no ha podido ser identificado ya que ha quedado irreconocible por las llamas.

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