Hace 12 años, Gabriel López y Gabriela Alonzo estaban tan ilusionados con el nacimiento de su primogénito, Dylan Jeremy López Alonzo.

Sin embargo, esa alegría fue momentáneamente empañada, pues el pequeño nació con osteogénesis imperfecta, un trastorno genético por el cual los huesos se fracturan con facilidad.

Dicha afección ha impedido que Dylan corra, salte, juegue fútbol y desarrolle más actividades físicas, pero no ha sido obstáculo para que él vaya en pos de sus sueños: estudiar y ser un profesional.

Poco a poco va cumpliendo la meta. El pasado viernes terminó sus estudios básicos en la Unidad Educativa 2 de Mayo, del cantón El Empalme, provincia de Guayas.

No solo culminó la primera parte de su formación académica, también recibió un diploma por ser el mejor estudiante de su salón.

La tenacidad de Dylan tuvo a unos maestros ejemplares en su casa: sus padres.

Gabriel, quien labora como cargador de madera, y su esposa Gabriela, quien se ha dedicado a cuidar a Dylan y a su hermano menor, nunca se dieron por vencidos ante esa enfermedad rara y catastrófica.

“Como padres ha sido un sacrificio, el cual hemos hecho con mucho amor. No me cansaré de darle gracias a Dios y a mi esposa por sacar adelante a nuestro primer retoño”, expresó Gabriel, quien junto a su cónyuge ‘sacan pecho’ por el logro de su consanguíneo.

La sonrisa de Dylan no es solo de felicidad, sino también de satisfacción personal, pues siendo tan pequeño es un gran ejemplo de superación, digno de aplausos.