El túnel de los más necesitados

A los niños les da miedo cruzar el túnel, pero es el camino más corto para llegar al corazón de la cooperativa de vivienda San Francisco, al norte de Guayaquil.

Este drama lo viven a diario quienes habitan en un caserío de aproximadamente 20 familias, que está al otro lado del canal de Senagua, frente a la Penitenciaría del Litoral, en la vía a Daule.

“Cuando abren las compuertas o llueve, el canal se llena de agua y debemos cruzar por los tubos porque no queda otra salida. Hay un puente más arriba, pero está muy lejos”, dice el agricultor Pedro Sánchez, quien habita en San Francisco 3, desde hace 25 años.

El morador, de 68 años, cuenta que cruzar el conducto es peligroso, porque alguien puede caer y romperse algún hueso, especialmente los niños que van a la escuela. “Si hay mucha agua y se resbalan, pueden ahogarse. Pero ya nos estamos acostumbrando a vivir así”, asegura.

Sánchez dice que ya se reunieron con representantes del Municipio de Guayaquil, a quienes les plantearon la idea de construir un puente sobre el canal, para que les facilite salida de los habitantes hacia el centro de la ciudad.

Menos riesgos

Olivo Miranda cuenta que la idea del puente es para evitar que los pequeños se arriesguen sus vidas cruzando por los tubos de un metro de diámetro por 50 de largo.

“Aún no hay una respuesta favorable del pedido que se le hizo al Municipio, esperemos que pronto lo hagan”, indica Miranda, quien reside en San Francisco 1, pero que frecuentemente acude a esta zona para realizar trabajos.

Con miedo

Adriana y Lisette Mogrovejo atraviesan por el conducto, cada vez que sube la creciente. “Me da miedo, pero tengo que utilizarlo para ir a la escuela. Una vez encontramos una culebrita adentro y nos hizo asustar”, cuenta una de las hermanitas que estudia en la escuela Elsa Ayala.

Pero no solo que deben cruzar los estrechos tubos. También hacen malabares, para llegar a la entrada, sorteando malezas, piedras y huecos. “Cuando termino de cruzar el túnel me duele la cadera y las piernas, porque es muy estrecho. Un puente sobre el canal les cae como anillo al dedo a los habitantes de San Francisco 3”, menciona Mercedes Rodríguez.