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¡Lo sacaron del féretro!
Un joven fue presuntamente asesinado a golpes por noventa centavos. El empleado de una funeraria habría sugerido a los familiares saltarse los protocolos legales. El cadáver fue retirado de un velorio para practicarle una necropsia, en Guayaquil.
La mañana de ayer, agentes de Delitos Contra la Vida (Dinased) retiraron el cadáver del velorio.
El crimen de Édison Humberto Zambrano López, de 34 años, nunca llegó a conocimiento de la Policía. Su cadáver fue directamente colocado en un féretro, embalsamado y llevado a una casa comunal para su velación, en las calles Alcedo y la 19, en el suroeste de Guayaquil, la madrugada del pasado domingo.
Sin embargo, cuando sus parientes se enteraron que el empleado de una funeraria pretendía elaborar un certificado de defunción por muerte natural, sospecharon que el trámite no era el correcto, según contó ayer John Zambrano, un tío de la víctima.
Por eso, un grupo de allegados acudió a la Unidad de Flagrancia y expuso el caso ante el fiscal Miguel Vélez, quien de inmediato ordenó retirar el cadáver, para que se le practicara una autopsia, y también ubicar al sujeto que habría inducido a la familia a evitar los protocolos legales.
El funcionario confirmó esos detalles y añadió que se investigará qué ambulancia acudió al sitio y quiénes estaban a cargo. Además, señaló que los involucrados en este caso incurrirían en un delito de alteración de evidencias, sancionado con prisión de uno a tres años, de acuerdo al artículo 292 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).
Vélez enfatizó que nadie tenía que tocar el cadáver. “Debían alertar a la Policía y esperar la llegada de Criminalística y la Dinased (Delitos contra la vida)”.
Angelina Naranjo, expareja del fallecido, relató que la noche del pasado sábado, Édison Humberto libaba junto a unos amigos en los exteriores de su casa, en la 19 y Alcedo. Luego entró a su vivienda a descansar “y a eso de las 05:00 (del domingo) llegaron a buscarlo para reclamarle un vuelto de 90 centavos”.
De ahí, “él salió, empezaron a discutir y como ellos (los agresores) eran dos, le pegaron, se cayó al piso y lo remataron a golpes... Ya después alguien llamó a una ambulancia, pero estaba muerto. Tenía marcas de golpes en la cara, en el pecho, en el abdomen...”, sostuvo la excónyuge.
Zambrano López dejó dos niños, de 3 y 11 años, en la orfandad.
Evitaron dar declaraciones del suceso
Los familiares de la víctima explicaron que la funeraria encargada de los trámites estaba en las calles Portete y la 40, del suroeste porteño.
Un equipo periodístico de Diario EXTRA acudió al sitio y un empleado sostuvo que nadie daría declaraciones del suceso, mientras que en los números telefónicos que constaban en la publicidad del negocio, nadie respondió.