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¿Los ecuatorianos son sinvergüenzas o discretos para ir al sex shop?

Algunos comerciantes de tiendas eróticas afirman que hasta 'camuflados' van algunos clientes Ecuador

Referencial. De acuerdo con comerciantes, en las tiendas físicas las personas van con pena y hasta camufladas
Referencial. De acuerdo con comerciantes, en las tiendas físicas algunas personas van con tabúes.Pexels

El mercado de los sex shops en Ecuador ha experimentado un cambio desde la aparición de las redes sociales, ya que los compradores comenzaron a adquirir juguetes sexuales de manera discreta. A pesar de estos avances, los comerciantes explicaron que no todos los ‘juguetones’ compran en línea.

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Erotik, con 10 años en el negocio, además de su tienda virtual, cuenta con 13 puntos de venta físicos en Guayaquil, Quito, Loja, Latacunga y Cuenca, lo que les proporciona una percepción clara sobre si los ecuatorianos son sinvergüenzas o discretos al visitar locales dedicados al placer.

“Se vende más en tienda física”, asegura Jesús Gauna, encargado de ventas online de Erotik. Gauna explica que del 100 por ciento de sus clientes, el 70 por ciento compra en los locales físicos, mientras que el resto prefiere el anonimato.

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“En las tiendas físicas hay personas que llegan sin tabúes, pero también hay otras que no”, añade Gauna, quien menciona que algunos compradores van a sus tiendas hasta camuflados y ni siquiera quieren ser atendidos, pero también explica que esta situación se da más en la Sierra, ya que en Guayaquil, “la gente es un poco más abierta”.

Eduardo Salas, uno de los propietarios del sex shop en línea Dulce de Leche, indicó que la mentalidad de la clientela ha cambiado en los últimos años, debido a la comunicación en redes sociales, ya que “ahora es posible empoderar a las personas y lograr que pierdan el miedo (a comprar en sex shops)”.

María Gabriela Sánchez, la otra dueña de Dulce de Leche.
María Gabriela Sánchez, la otra propietaria de Dulce de Leche.Cortesía

“Cuando empecé en este negocio, tenía una percepción totalmente diferente, especialmente porque viví en Quito durante 14 años y soy guayaquileño. Tenía la perspectiva de que el quiteño era más curuchupa, pero no, el guayaquileño es más tapiñado. Incluso en Quito hay eventos relacionados con sexo y en Guayaquil no”, comentó Salas.

  • ‘lanzados’ y discretos

Eliud Gutiérrez, con su emprendimiento mayorista Bad Rabbit Company, coincidió con Gauna al afirmar que “en Quito la gente es reservada, mientras que en Guayaquil son más receptivos y abiertos”.

Gutiérrez explicó que en el Puerto Principal, aunque la gente puede ser sinvergüenza y no tener tabúes, también son buenos compradores, ya que adquieren más del 70 % de su mercadería en comparación con los capitalinos.

Por su parte, Belén Torres, socia de Sexshop Ecuador Mandy, comentó que su estrategia de ventas está más orientada hacia clientes discretos, ya que su local, ubicado en Sauces 2, se encuentra en un edificio sin señalización alguna de sex shop. Solo atienden a un cliente a la vez.

La gente busca discreción, no quiere que se sepa quién está al lado comprando y viendo lo que están comprando. Por lo tanto, envíos como en atención presencial, mantenemos la reserva”, mencionó.

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