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Jornada de ecuavóley en la cancha de Lomas de la Alborada.Alex Lima / EXTRA

¡Se gana y se goza! Ecuavóley enciende las canchas en sectores populares de Guayaquil

Cerrar la calle y ‘sacar tus tres’ es tradición en barrios populares. Los negocios sacan provecho con la venta de licor, panes y colas pospartido

Con unos zapatos de lona que reseñan mil batallas, una camiseta ‘ralita’ del uso y el abuso, y una pantaloneta playera, don César Ortaire está listo cada tarde para las encarnizadas sesiones de ecuavóley que se juegan en la cancha del club deportivo Palomas en Rehabilitación, en el sector de la Loretto, en Colinas de la Alborada, al norte de Guayaquil.

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La variante ecuatoriana del voleibol (en la cual juegan solo tres personas por equipo en vez de las seis del juego oficial) es el deporte rey en este club, que cuenta con cancha y tribuna para espectadores. “Aquí se juega de lunes a lunes, la gente viene a distraerse y a conversar. Algunos ni juegan, solo miran los partidos, gozan a los otros amigos o hacen alguna apuesta”, explicó.

“Eso sí, aquí no se aceptan malcriados. Está prohibido patear la pelota, insultar o gritar, y hay que respetar la decisión del juez por sobre todo. Al que no cumple se lo suspende quince días”, precisó con severidad en su tono de voz.

En esta cancha destaca como dato curioso que todos los ‘panas’ tienen una ‘chapa’ (sobrenombre), la cual es mejor aceptar sonriente porque “el que se pica, pierde”, advirtió don César.

Así, entre los voleibolistas tenemos a Cuerpo de Aguacate, el más panzón; Huevo Frito, por su comida favorita luego de quedar ‘chiro’ apostando; Policía, el serrano con corte tipo militar; al más ‘pelón’ le dicen Caterva; al más arrugado, Pellejo de Bolsa; al más largo le llaman Lunes. Asimismo, Piragua, Perro Viejo o Maduro Aguado son apodos que han surgido de la imaginación de los socios.

ReglasA diferencia del vóley tradicional, en el que participan seis jugadores por equipo, en la versión ecuatoriana juegan solo tres y la cancha suele ser más pequeña.

La 'plata' se mueve a lo Wall Street

En la cancha de El Cóndor, la mayoría de jugadores son de la tercera edad.Alex Lima / EXTRA

En la cancha de la ciudadela El Cóndor (norte) se vive un ambiente similar. Solo que aquí las apuestas ‘amistosas’ son en realidad cosa seria y por un dólar ‘se mata y se muere’.

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'Puyún'

jugador de ecuavóley

"Aquí no se juega por la plata sino por la dignidad. Al que se pone malcriado o hace relajo se lo suspende".

“Ni cuando se apuesta de diez o quince dólares hay tanto problema como cuando se apuesta de uno por cabeza. Ahí hay gritos, reclamos, insultos y todo. Pero termina el partido y todo se calma y quedamos en paz. Se viene sobre todo a disfrutar”, contó un septuagenario espectador y jugador ya retirado.

Y así lo confirmó Diario EXTRA. Aunque todos los voleibolistas aseguraban que no se juega por la plata y que las apuestas solo son para ponerle más ‘picante’ a cada jornada, durante uno de los partidos bastó una decisión cuestionable del árbitro para que todos salten, reclamen, lloriqueen y hasta pidan que les devuelvan la plata. Pero una vez terminado el encuentro, todo era risas y bromas.

Cabe resaltar que para que los partidos sean más justos, los jugadores son divididos en cuatro categorías. “Hay palomas caídas, palomas muertas, palomas podridas y los jóvenes”. Los jugadores no se encasillan en una u otra categoría dependiendo la edad, sino de “qué tan achacada se vea la persona”, explicaron.

Jugador septuagenario sirviendo durante un partido de ecuavóley.Alex Lima / EXTRA

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