El último caso de muerte por fentanilo en Estados Unidos ha conmocionado a la sociedad, pues la víctima fue un bebé de apenas nueve meses. Según medios locales, una madre de Callahan, Florida, puso la sustancia en el biberón del infante para que se durmiera, pues ella ya había hecho todo lo posible por calmarlo.

Ella está arrestada y las investigaciones dan cuenta de que en el cuerpo del pequeño había una dosis para matar a 10 personas adultas.

Las cifras son desalentadoras. Desde 2019 a 2021 las muertes por sobredosis de fentanilo en ese país aumentaron un 94 %, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

Se estima que casi 200 estadounidenses fallecen cada día por consumir esta droga. Los CDC han descrito el fentanilo como un fuerte analgésico que es hasta 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más potente que la morfina.

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Con estas cifras, las autoridades estadounidenses aprobaron la venta sin receta médica de naloxona, un fármaco que revierte la sobredosis.

Los controles se reforzaron en la frontera sur, por donde estaría entrando esta droga, aunque sus componentes pueden pasar porque son usados para fármacos legales.

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