El Consejo Nacional Electoral (CNE) dio marcha atrás, a las 14:00 de  este domingo 7 de febrero.  Las autoridades de la entidad dispusieron que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional permitan el libre ingreso a los centros de votación. 

Desde las 07:00, los uniformados solo dejaban pasar a un número limitado de ciudadanos para cumplir con las normas de aforo para evitar contagios de COVID-19.

El consejero José Cabrera explicó que la decisión responde, en parte, a las aglomeraciones detectadas en los exteriores de los centros educativos que funcionan como Juntas Receptoras del Voto. Desde las 09:00, las autoridades ya evidenciaron problemas en las filas y exteriores.

La decisión, sin embargo, se tomó varias horas más tarde. Uno de los puntos donde se registraron aglomeraciones fue, por ejemplo, la parroquia rural de Pomasqui, en Quito. Los militares tuvieron que pedir orden porque la ciudadanía reclamaba ingresar al Colegio Nacional Pomasqui para votar. 

En el centro de la urbe capitalina también hubo incidentes. Los ciudadanos no querían hacer las filas que podían tardar hasta tres horas antes de ingresar. En las filas, denunció personal de la Defensoría del Pueblo, no se respetaron los dos metros de distanciamiento social.

La espera ha tomado para varios ciudadanos, más de una hora. En Quito, las parroquias con más aglomeraciones han sido Chillogallo y Quitumbe, en el sur.