Una ‘sombra’ de muerte infantil se expande en comunidades achuar del cantón Taisha, en la provincia de Morona Santiago. Las más afectadas pertenecen a las parroquias Huasaga y Tuutinentza.

Allí se vive una emergencia sanitaria que ya ha cobrado la vida de, al menos, siete niños en menos de dos meses. Otros ocho están hospitalizados con los mismos síntomas: fiebre alta, vómito, diarrea con sangre y una debilidad que los consume en silencio.

Se presume que se trata de una contaminación de ríos, cuya alerta saltó desde los propios territorios. Juan Pablo Ponce, director del colectivo Violín Rojo, ha sido una de las voces que alzaron el grito en redes sociales. “La gente toma agua del mismo río donde lava la ropa o hace sus necesidades, y cuando los niños enferman, ya no hay vuelta atrás”, lamenta.

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Ante esto, la Agencia de Regulación y Control del Agua (ARCA) tomó muestras. Las autoridades sospechan que todo se debe a actividades ilegales de minería y por la falta de saneamiento básico. Sin embargo, lo extraño es que afecta solo a menores de edad.

En Surik Nuevo, una pequeña comunidad de la parroquia Huasaga, Janteh Tenttez habla con voz entrecortada. “De esa agua vivimos todos. Ahí lavamos, cocinamos, nos bañamos y bebemos. Esa es la realidad, y esa misma agua nos está matando”.

Aquel lugar fue testigo de la muerte de Ikiam, de apenas siete años, quien falleció en brazos de su madre luego de agonizar por horas. Nunca llegó la avioneta del Ministerio de Salud Pública (MSP) que supuestamente iba a evacuarlo. “Llamamos, suplicamos, pero no vinieron. Dicen que es muy lejos. Claro, para morir sí estamos cerca”, protesta Tenttez.

La emergencia en Taisha ha generado desconfianza

La situación ha obligado a los líderes comunitarios a organizarse. Ernesto Yawa, presidente del Gobierno Autónomo parroquial (GAD) de Huasaga, abrió un centro de acopio en Macas. “Recogemos agua potable, alimentos, útiles de aseo. No podemos esperar más. Nos toca ayudarnos entre nosotros”, sentencia.

La vicepresidenta de este GAD, Maribel Sunpinanch, también ha pedido que la gente se una en cadena de oración. “Esta enfermedad se ha extendido y no sabemos cómo pararla. Nuestra gente está olvidada”, clama.

Desde el 26 de abril, el Ministerio de Salud Pública (MSP) empezó intervenciones médicas en las comunidades afectadas. Sin embargo, la presencia de brigadas fue posterior a las muertes.

Mientras tanto, la desconfianza crece. Jaime Shimpiu, docente en Huasaga, ha sugerido suspender el consumo de la leche entregada por el Gobierno en las escuelas. “Nuestros niños no están adaptados. Además, los productos llegan caducados o fermentados por el calor y la distancia”, denuncia.

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Las acciones siguen para combatir la emergencia en Taisha

En el Hospital Básico San José, en Taisha, los ocho niños hospitalizados se aferran a la vida. “Están respondiendo al tratamiento, pero aún no sabemos con certeza qué enfermedad los está afectando”, señala el director médico, José Cordero. Aun así, el temor de que nuevos casos aparezcan se mantiene latente.

El MSP ha indicado que seguirá con el despliegue de brigadas médicas por vía terrestre y aérea para atender a comunidades amazónicas que presentaron casos pediátricos. “Luego de los informes remitidos por las brigadas de salud e intervención epidemiológica en las comunidades visitadas, se convocó a la Mesa Técnica 2 de Salud, a fin de entregar información sobre la intervención de la Dirección Distrital Taisha en territorio, así como activar el COE cantonal”, informó.

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