En octubre de 2021, Ricardo Carrasco caminaba por los pasillos de la Universidad de los Hemisferios, donde actualmente trabaja, cuando encontró en el piso una tapa de cerveza. La tomó entre sus manos y se sorprendió al ver que decía ‘Mundial’ y correspondía al torneo de 2018. “Fue una señal del cielo. En ese momento me dije a mí mismo: tengo que ir al próximo Mundial y, ahora, estoy empacando maletas hacia Catar”.

El quiteño, de 26 años, que trabaja como asistente administrativo en esta universidad, desde hace meses dobla turnos para conseguir el dinero y sustituir algunos días de permiso para viajar. Ha vendido de todo por redes sociales: camisetas, gorras, bufandas, colgantes de la selección, cromos, no solo a ecuatorianos, sino también a extranjeros. “He invertido más de 1.000 dólares, pero sí he podido triplicar mi inversión”, comenta.

Incluso, con apoyo de su tío que conoce el negocio, ha llegado a comercializar seguros de viaje para quienes vuelen a Catar y hasta se codea con vendedores inmobiliarios para lograr la venta de un departamento y ganar una comisión. “He hecho de todo para ahorrar por mi sueño”, dice.

Pero también ha sufrido desengaños. Fue estafado al vender una consola de videojuegos de una amiga. Le entregaron un comprobante digital falso por 400 dólares que nunca se efectivizó y ahora deberá pagar ese monto a su compañera.

Ecuatorianos en el mundial

Según la Embajada de Ecuador en Catar, alrededor de 5 mil ecuatorianos acompañarán a la Tricolor en los tres partidos de la fase de grupos, tanto en la fiesta inaugural contra el anfitrión Catar, como en los torneos siguientes frente a Países Bajos y Senegal. Solo aquellos que tengan la tarjeta ‘Hayya’ (identificadores oficiales de los fans al Mundial) podrán ingresar al país.

La FIFA, además, seleccionó a 20 mil voluntarios en 30 roles diferentes y el Comité Organizador puso en marcha su programa Fan Líder, escogiendo a los mejores aficionados al fútbol de cada una de las 32 selecciones clasificadas.

Ricardo fue uno de los afortunados. Como fan líder recibirá algunos beneficios, incluso jugará un mundialito con otros fans cataríes y senegaleses. Además, debido a su discapacidad auditiva, los torneos de la Tri solo le costarán 10 dólares.

Más de una década ahorrando

Con nostalgia David Artieda reconoce que le obsesiona pensar en el Mundial. En 2011 abrió una póliza y se propuso ahorrar para asistir a algún Mundial. “Todos los meses me han estado restando 129 dólares de mi sueldo para cumplir este sueño”, mencionó.

A la par de crear su caja de ahorro siempre añoró vivir la fiebre mundialista junto a la persona que, desde los 5 años, lo llevó de la mano a las canchas: su padre. Ahora, David será quien guíe a Marco Artieda (72), su progenitor, en los estadios Al Bayt y Khalifa para alentar a la Tri. También presenciarán otros torneos para ver jugar a Lionel Messi y a Cristiano Ronaldo.

En 11 años este abogado ahorró 11 mil dólares. Aún así ha tenido que endeudarse para completar los 15 mil y costear pasajes, alimentación y viajes para ambos.

“Es un sentimiento especial viajar con mi padre y rendirle homenaje en vida. Vamos a pasar un mes juntos, a compartir el tiempo que no hemos compartido en tantos años”, reconoce con la voz entrecortada.

Patentar bufandas de la Tri

A Leonidas Moreno le hubiese encantado ser futbolista. Cuando era niño entrenaba con varios compañeros que hoy son jugadores profesionales. Es una ‘espinita’ que siempre lo acompaña en su camino.

Desde mayo emprendió con la venta de bufandas mundialistas. El accesorio tiene información de todos los partidos de Ecuador, con la fecha de cada uno, el nombre del estadio, el número de partido y el grupo. Para confeccionarlas se alió con un textilero en Otavalo (Imbabura) que ahora es su socio.

Al comienzo, Leonidas solo pidió tres bufandas para uso personal. Envió una foto con ellas en un grupo de WhatsApp de ecuatorianos que viajarán a Catar, del que es parte, y empezó a recibir decenas de pedidos.

Primero compró 120 bufandas con una inversión de 500 dólares. Vendió todas y se aventuró a pedir al menos 200 más. Cada una la comercializa a 13 dólares y con esa ganancia ha gestionado su viaje.

Hasta Alexander Domínguez, arquero de la selección, le compró más de una decena de bufandas para él y su familia. “Me ha ido excelente con mi emprendimiento, hasta tengo una maleta llena de bufandas para entregar a los hinchas en Catar”, explica este joven que viajará 35 horas en avión para asistir al Mundial.

A un lado los negocios con tal de viajar

“Calla loco, ¿cómo te vas a ir a Catar?”, fueron las palabras que la madre de Luis Quiazua cuando se enteró que su hijo añoraba ir al Mundial y que para ello sacó 4 mil dólares de sus fondos de reserva que estaban destinados como ahorro para emprender un negocio de alimentos.

“Volvería a hacer esta locura para cumplir mi sueño de viajar por la selección. También hice un sobregiro de la tarjeta. Mis finanzas están en saldo rojo, estoy endeudadísimo”, dice este supervisor de ventas quiteño que viaja el 22 de noviembre a Catar para asistir al partido contra Holanda.

Luis adquirió otra entrada para el partido contra Senegal y en caso de que clasifique Ecuador tiene un pase adicional. Sobre el hospedaje y la alimentación reconoce que los precios no son baratos, pero hizo su propio itinerario con lo que le da su bolsillo.

Ha desembolsado 10 mil dólares, aunque reconoce que los gastos varían, depende de las necesidades y aspiraciones de los hinchas.

En ‘stand by’

Según Édgar Guevara (40), él, su esposa Estefanía Saa, su hermano Joel Guevara y su cuñada María Peñaherrera serán la única familia del cantón Pedro Carbo, en Guayas, que viajará al Mundial.

Todos trabajan en un centro médico privado, uno de los pocos que tiene el cantón, como médicos, laboratorista y obstetra. “Nos vamos lo que dura la primera fase del torneo, no podíamos dejar pasar esta oportunidad, no todo es trabajo”, dice Édgar.

Hace un año adquirieron sus pasajes de Miami a Catar a 1.400 dólares cada uno. “Teníamos ahorros por algún percance familiar, pero ya los usamos para este sueño”, afirma Édgar, quien reconoce que ya están cortos de dinero para subsistir durante 12 días e incluso llegar a Dubái. “A lo mucho vamos a comer shawarma todos los días”, bromea este hincha con su risa a todo pulmón.