Los guardias de seguridad se pusieron ‘más pilas’ luego de que uno de ellos se enfrentara a una banda de delincuentes y se ‘bajara’ a uno de ellos, en el norte de Quito. El celador fue liberado luego de que la fiscal y el juez del caso determinaran que, según las pruebas planteadas, actuó en legítima defensa.

Esto provocó un debate dentro del gremio. Muchos afirmaron que el guardia en mención actuó heroicamente, pero que pudo terminar frío igual que el choro.

Alexis Estrella, supervisor de una empresa de seguridad, comentó que, en este caso; la valentía, el buen criterio y profesionalismo del celador permitieron neutralizar al delincuente sin tener que ir un día a prisión por el hecho.

Sin embargo, Estrella afirmó que es un caso particular porque la mayoría de guardias “por el temor, desconocimiento y falta de garantías legales no actúan igual”. Además, dijo que puede haber daños colaterales como una bala perdida u otras situaciones difíciles de predecir.

El supervisor aseguró que cuando ha realizado cursos con aspirantes ha notado que muchos ‘no se ponen la camiseta’ por el trabajo. “Al preguntarles cómo reaccionarían frente a un caso similar responden: ‘me hago el loco’”.

Garantías

Un celador que trabaja custodiando una entidad financiera en La Prensa, en el norte de Quito, aseguró que a él le enseñaron que su trabajo es solo prevenir y no repeler un ataque. “Yo no haría lo que hizo el compañero. Tengo hijos que me esperan en casa”.

Ante esto, Estrella señaló que los guardias, antes de trabajar en una empresa deben cerciorarse de tener respaldos para poder justificar su accionar en caso de que pasara un incidente.

Lo más importante, según el supervisor, es conocer el perímetro que cubren las cámaras de seguridad del negocio que custodia. También hay que levantar un informe con el análisis de la situación de inseguridad y vulnerabilidad que tiene el sector.

Con estos elementos pueden tener la certeza de que su accionar no sea considerado un delito.