Con algunos de sus vecinos, Sixto Doroteo Vega Arana y su esposa no solo compartían el mismo vecindario. También los unía la misma fe. Se congregaban en una iglesia evangélica en Flor de Bastión, en el noroeste de Guayaquil. Ese lazo se mantuvo hasta el final, pues varios viajaron al cantón Balzar para acudir al velorio y posterior sepelio de los esposos.

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Quienes los conocieron quedaron sumamente consternados. Les cuesta creer la forma en que murieron Sixto, su esposa Maricela Gómez y su hija Dayana, velada junto a ellos en ese cantón de la provincia del Guayas.

La familia fue asesinada en el interior de su casa, en el bloque 5 de aquella zona de la urbe porteña, aproximadamente a las 02:00 del jueves 28 de agosto.

Recuerdos, viaje y despedida

“Eran muy amables, esta noticia nos dejó muy dolidos. Era una familia convertida a Cristo. Vinieron desde Balzar hace muchos años y se radicaron aquí”, comentó una de las moradoras.

La mujer, resignada a no poder evitar el llanto, secó sus lágrimas con las yemas de sus dedos, respiró profundamente para calmarse un poco y siguió recordando a sus vecinos. “Siempre participaban de las actividades de la Iglesia. Él se encargaba de la cocina, ayudaba en la escuela dominical. Era muy solidario”, manifestó.

Según ella, la familia llevaba aproximadamente unos 15 años profesando su fe. Iban a los cultos todas las semanas y compartían sus creencias con la hija, cuyo retoño y nieto de la pareja se quedó sin mamá y sin abuelos maternos.

Otra residente dijo que la tarde del jueves, horas después del triple crimen, varios vecinos se organizaron para viajar en bus al velorio de los Vega. Ella también acudió y participó del culto que se hizo esa noche en honor a la familia. Este viernes, otros amigos tenían previsto trasladarse.

Extorsiones los afectan

Una de las hipótesis policiales es que el triple asesinato se relacione a una extorsión contra la familia. Una de las vecinas se mostró indignada por esa posibilidad, pues mencionó que los Vega “poco a poco fueron mejorando su casita, pero tampoco tenían riquezas ni grandezas”.

Acotó que en otras casas han dejado panfletos con la intención de extorsionar a sus dueños. Moradores piden más presencia de agentes de la Policía Nacional, tal como este viernes gendarmes realizaron rondas en la zona.

“Este sector está invivible, pero no nos queda más que quedarnos y orar a Dios. Aquí tenemos nuestras casas, no tenemos dinero para irnos”, expresó.

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