El crimen organizado en el golfo de Guayaquil fue ‘golpeado’ durante un operativo de la Armada del Ecuador en la isla Puná, luego del ataque Bajo Alto, en el canal de Jambelí, provincia de El Oro, ejecutado en la noche del viernes 8 de agosto.

Según el vocero de las Fuerzas Armadas, tres embarcaciones que habrían participado en el crimen fueron identificadas al oeste de la isla Puná y, en consecuencia, perseguidas por lanchas guardacostas.

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“Tras una larga persecución e intercambio de balas, dos de estas embarcaciones se vararon en el sector de Punta Trinchera”, aseguró este oficial. Pero, los ocupantes de estas huyeron en medio de la vegetación que cubría la zona y la oscuridad.

Sin embargo, las intervenciones continuaron por sábado 9, domingo 10 y lunes 11 de agosto y hallaron varios campamentos en los que, presuntamente, los delincuentes descansaban.

“Hay que tener en cuenta que el golfo de Guayaquil es grande, entonces en algunas de estas zonas se hallaron los campamentos mencionados. No hay cómo detallar el sitio exacto”, mencionó otro oficial.

¿Qué fue lo que se halló en este operativo?

En este operativo se hallaron 2.580 municiones de diferentes calibres, entre ellos unos que se consideran obsoletos por la potencia que poseen cada uno. “Ya ni para conflictos bélicos se usa este tipo de balas. Son capaces de atravesar las paredes de una casa”, mencionó la fuente.

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En esos campamentos también se encontraron siete armas de fuego de fabricación artesanal, tres motores fuera de borda, dos alimentadores, cuatro chalecos antibalas, un generador eléctrico, tres hélices de motor, tres bengalas y droga.

Evidencias sorprendentes: una escalera, baliza y municiones

Entre estas evidencias lo que más llamó la atención fue una baliza, que sería usada para hacerse pasar como unidades uniformadas; una escalera, que la emplearían para subir a las embarcaciones y contaminar su carga en altamar, y 24 celulares de los cuales su mayoría pertenecían a modelos antiguos que no poseían geolocalización.

Finalmente, la Armada pide a la ciudadanía mantenerse contacto con ellos y la Policía a través de la línea 131. “Pedimos también a la industria camaronera regularizar el armamento de su personal de seguridad para evitar inconvenientes durante otros operativos”, finalizó el vocero.

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