El cambio presidencial desde la mirada de seis guayaquileños

Muy temprano en la mañana, las calles de Guayaquil lucían con un ambiente distinto. Era una mezcla entre el tradicional comercio de Guayaquil y las conversaciones de algunas personas que reflexionaban acerca del futuro del país. Algunos televisores, sin importar su tamaño y tecnología, transmitían el cambio de mando del nuevo presidente Lenín Moreno.

Así es el caso de Nancy Bajaña, guayaquileña de 35 años, que se dedica a la venta de lotería en la esquina de las calles Chile y Vélez. Ella veía la ceremonia a través de la pequeña pantalla de un celular, que lucía también como televisor, por la angosta antena que asomaba en uno de sus bordes. Su transmisión no era la mejor, ya que en cada minuto perdía la señal por pocos segundos. Esto producía que Nancy sonriera, con algo de vergüenza, cada vez que el aparato se detenía. Mientras ella acomodaba con cuidado sus billetes de lotería, expresó con voz inquietante: “Yo quisiera que el nuevo gobierno haga más control de la delincuencia. Le deseo a Lenín que Dios lo guíe, es el único que lo puede guiar en su mente para tomar buenas decisiones”.

Néstor Arias se encontraba en un local de venta de mochilas, cerca del sector de los correos del centro de la ciudad. Su mirada hacia la pantalla del televisor denotaba mucha expectativa por conocer cómo se iba desarrollando el cambio de mando presidencial. “Yo a este gobierno le deseo lo mejor. Espero, sobre todo, las cosas que tienen que cambiar, como la economía, mejorar la situación. Espero que sigamos subiendo. Yo veo este cambio de mando con ojos de esperanza”.

Mientras la ceremonia continuaba con normalidad en Quito, en la plaza San Francisco de Guayaquil se congregaban varios medios de comunicación. El hecho que se estaba llevando a cabo era un plantón pacífico organizado por un grupo de venezolanos radicados en el país que vinieron en busca de nuevas oportunidades para ayudar, a la distancia, a sus familiares. Su clamor iba enfocado en expresar el descontento por la situación que atraviesa Venezuela. Erimar Lugo, venezolana de Maracaibo, lideró la manifestación acompañada de la bandera tricolor. “Nuestro país está desestabilizado, no solo en lo económico. No hay alimentos, no hay medicamentos. No puede ser posible que niños y ancianos mueran porque no hay insumos médicos”.

La protesta de los venezolanos seguía y Lino Pérez escuchaba con atención la petición del grupo de venezolanos que se encontraban a pocos metros. Para él este 24 de mayo era un día importante porque se definía los próximos 4 años del nuevo gobierno del país. “Si bien es cierto el gobierno de Rafael Correa deja algunas cosas buenas, también tiene sus cosas negativas que esperamos que el nuevo gobierno pueda corregir en beneficio de los ecuatorianos”.

En la avenida 9 de Octubre se encuentra un local de venta de jugo de caña y sánduches. Ahí labora Rosa Barahona, milagreña de 44 años radicada en Guayaquil, quien ante la pregunta de lo que espera de este nuevo gobierno, respondió inmediatamente “que suban los sueldos a cómo está la situación económica. El que tiene un trabajo fijo y gana bien, no siente lo que vive un desempleado y los que ganamos poco”. El deseo de ella al nuevo presidente coincide con el de Nancy al decir “espero que Dios toque su corazón y que ilumine sus pensamientos para que sea justo con todos”.

Nelson Macías, mantense de corazón que trabaja en Guayaquil, cree que Lenín Moreno es un buen elemento para sacar al país adelante. Su vida ha sido apegada al campo y como buen conocedor de las bondades de la tierra, él cree que el nuevo gobierno debería enfocarse en impulsar el sector de la agricultura. “Tiene que reactivarse todo lo relacionado al campo”.