El joven que murió la tarde del lunes 26 de febrero del 2024 mientras manipulaba un objeto explosivo no fue velado este martes en su casa, en el sector de El Fortín, en el noroeste de Guayaquil. La vivienda estaba cerrada con candados.

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Vecinos del hombre, que tenía entre 25 a 30 años, indicaron que posiblemente lo estaban velando en otro sector, pues vivía solo, pero tenía parientes en otras zonas.

“Él se dedicaba a recoger botellas, a reciclar”, comentó uno de los moradores. Por esa razón, los residentes piensan que, quizá, pudo haber cogido el artefacto pensando que uno de sus componentes le podía servir para venderlo. Sin embargo, el artefacto estalló, causándole la muerte al instante.

Preliminarmente se rumoró que el ciudadano habría sido un extorsionador, pero esto luego fue descartado por un servidor policial.

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El estallido que le quitó la vida ocurrió, sorprendentemente, fuera de su propia casa. Una vivienda con paredes hechas con tablones de madera y un techado con hojas de zinc, visiblemente humilde. 

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