Hicieron una pachanga por sus 105 años

Sus ojos se humedecían y unas pocas lágrimas recorrían sus mejillas, pero el llanto no era de tristeza, sino de felicidad al compartir un momento especial junto a amigos y familiares.

Es que no era una fecha cualquiera para Vicenta Terán, la mujer de cabello blanco estaba en el festejo por su cumpleaños 105.

Su rostro reflejaba la sorpresa al saber cuánto tiempo lleva en el mundo, es que ya perdió la cuenta, pero su hija Gloria Osorio le recordaba sus años de vida.

Aunque su memoria a veces le falla, hay ciertas cosas de las que se acuerda con claridad. Por ejemplo, de su vida en el campo junto a sus 12 hijos, de los cuales solo siete están vivos: Enriqueta, Hermelinda, Angelita, Lucía, Blanca, Mercedes y Gloria, esta última reside con ella y la cuida.

Viven en Latacunga, ciudad natal de Vicenta. Su casa no es la misma que tenía cuando era pequeña, que estaba incrustada en medio de las montañas.

En la actual hay un patio en el que todas las mañanas camina y comparte con los animales, recordó con la voz temblorosa.

Su rutina es siempre igual, a las cinco de la madrugada se levanta y prende el equipo radial que tiene en su morada, escucha el rosario, toma un poco de jugo y come algo para después leer un libro religioso, contó su hija Gloria.

Los momentos con la familia no son muy frecuentes, es que cada uno de los 17 nietos, 42 bisnietos y siete tataranietos que son parte de su parentela tienen sus actividades y viven en distintas urbes, coordinar sus tiempos es complejo, reconoció Angelita Osorio, otra de sus retoñas.

En la pequeña fiesta que se realizó en un restaurante quiteño, a la que no asistieron todos, se vivía un ambiente de alegría y gratitud.

No faltaron los abrazos y los constantes “te queremos abuelita”, las palabras de agradecimiento también se hicieron presentes.

Vicenta no tiene claro el por qué aún sigue con vida, nació en 1913, solo sabe que se siente querida por todos y que por voluntad de Dios es que continua de pie, dijo.

A su mente suelen llegar recuerdos de su esposo José Antonio, quien murió hace 35 años. Él era comerciante y ella guarda en su corazón los momentos compartidos, mencionó que por su oficio el hombre viajaba mucho y era ella quien debía hacerse cargo de la casa mientras lo esperaba con ansias.

Pese a su edad aún tiene fuerzas, con un solo soplo logró apagar las tres velas que decoraban el pastel de chocolate que le llevaron.

Un poco temerosa decidió acercar su boca hasta la torta, después de que le entoraon el ‘Feiz cumpleaños’ y mientras sus parientes repetían la famosa frase “que muerda el pastel”, después de un poco de insistencia lo hizo y manchó parte de su nariz con la crema blanca que complementaba el sabor del dulce.

Durante el festejo se escucharon las carcajadas de cada uno de los presentes, las que eran provocadas por los chistes que el actor quiteño Iván Morales, conocido en la farándula como ‘El Cuchito’, hizo como parte de un espectáculo preparado para la señora. La música popular y bailable también amenizó el sitio.

Fue una reunión tranquila en horas de la mañana a la que definieron como “desayuno por la vida”.

El secreto

Vicenta Terán no sabe exactamente el por qué de tantos años de existencia, pero en la visión de su hija Gloria Osorio todo se debería a la buena alimentación que su madre tuvo durante toda la vida.

Desde siempre la mujer cuido su dieta, en la que predominaban los productos del campo. Los granos frescos y las plantas que surgían de los cultivos eran consumidos por Vicenta. Además, cada cierto tiempo descansaba por 30 días y en ese tiempo comía 40 gallinas de campo.

Ahora vive rodeada del amor y cuidados de su familia.