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Identidad falsa: el fenómeno 'Sister Hong' pone en jaque la privacidad digital
"Sister Hong" engaña a múltiples hombres con su falsa identidad, además de grabar y viralizar contenido íntimo con dichas personas.
En China, un hombre llamado Jiao fue arrestado tras hacerse pasar por una mujer llamada "Sister Hong" para engañar y grabar sin consentimiento a más de 200 personas. Usó tecnología, disfraces y redes sociales para difundir el contenido íntimo en grupos privados.
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Engaño digital que sacude al mundo entero
Un caso estremecedor ha salido a la luz en Nanjing, China, donde un hombre logró engañar a más de 200 personas haciéndose pasar por una mujer.
Utilizó tecnología, maquillaje, pelucas y redes sociales para seducir, grabar sin consentimiento y luego difundir contenido íntimo, generando una fuerte ola de indignación y un debate global sobre privacidad digital.
Doble rostro en una solo persona
El implicado, identificado como Jiao, de 38 años, construyó la falsa identidad de “Sister Hong”, una mujer madura y carismática que ofrecía encuentros sexuales casuales a través de plataformas como WeChat, Telegram, Reddit y X.
Con filtros digitales, voz modificada y un disfraz cuidadosamente montado, logró engañar a al menos 237 personas, entre ellas estudiantes, profesionales y hasta extranjeros.
Los encuentros tenían lugar en su domicilio, donde cámaras ocultas registraban todo sin conocimiento de las víctimas.
Aunque inicialmente no existía un móvil económico, Jiao comenzó a pedir regalos y más adelante, vendía los videos a través de grupos privados en línea.
Sabiendo que es un tema delicado, en la red social "X" los memes no faltaron como el siguiente de la cuenta (@sepega_)
Me da mucha risa que Sister Hong haya engañado a tantos hombres cuando literal parecía uno de estos. pic.twitter.com/EzuVMuYEUl
— Se Pe Ga (@sepega_) July 19, 2025
De simples regalos a videos ilegales
El caso se viralizó luego de que un influencer reconociera su imagen en un video y presentara la denuncia.
La policía confirmó que Jiao vendía acceso al contenido por unos 21 dólares, infringiendo la Ley de Protección de Información Personal vigente en China.
Las imágenes se difundieron masivamente en redes como Weibo, generando una tormenta mediática. La exposición pública provocó daños emocionales y sociales a las víctimas: rupturas familiares, pérdidas de empleo y daño reputacional, agravando el impacto del crimen.
Intervención legal y preocupación sanitaria
Jiao enfrenta cargos por violación a la privacidad, distribución de material obsceno y potencial riesgo a la salud pública, ya que varios encuentros ocurrieron sin protección.
Aunque no se han confirmado casos de contagio de enfermedades, las autoridades han activado campañas de atención médica gratuita para los afectados.
La investigación continúa, y no se descarta que existan más víctimas. Si bien algunas publicaciones en redes inflaron la cifra a más de 1.600 personas, la policía solo ha confirmado hasta ahora 237 casos.
Políticas urgentes a la protección de identidad digital
Este escándalo ha encendido las alarmas en torno a la facilidad con la que las tecnologías actuales permiten manipular identidades.

El caso "Sister Hong" muestra cómo el anonimato, los filtros y la falta de control en plataformas digitales pueden derivar en abusos graves, sin que las víctimas logren identificar al agresor.
El debate se ha extendido más allá de China. Organismos de defensa de los derechos digitales y expertos en ciberseguridad advierten que urge reforzar las políticas de privacidad, mejorar los sistemas de verificación de identidad y educar a los usuarios sobre los riesgos en línea.
¿Los gobiernos están preparados para enfrentar delitos de este estilo?
Lo sucedido en Nanjing no es solo un caso criminal; es un síntoma de cómo la tecnología puede ser utilizada para dañar, manipular y destruir la vida de otros.
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El caso "Sister Hong” debería servir como punto de partida para que gobiernos, empresas tecnológicas y usuarios trabajen juntos en garantizar un entorno digital más seguro y transparente, ya que en la actualidad hay vacíos legales en los cuales, no se puede penalizar el hecho de utilizar herramientas digitales para cambiar nuestro aspecto físico o situaciones similares.
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