Un conductor de una aplicación móvil fue víctima de un secuestro exprés en el sur de Quito. El hecho ocurrió el 2 de agosto de 2025, alrededor de las 10:40 de la mañana, cuando dos hombres solicitaron una carrera por la app hasta el sector de La Atahualpa.

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Al llegar al destino, uno de los pasajeros lo sujetó desde atrás y el otro le apuntó con una pistola en la frente. Lo obligaron a pasar al asiento trasero y lo retuvieron en el piso del vehículo, mientras organizaban el robo del auto.

“Me dijeron que necesitaban el carro, que me iban a dejar botado. Me tenían aplastado contra el piso, uno de ellos con la rodilla encima. Me dijeron que trabajaban para la mafia”, relató la temblorosa víctima a EXTRA

Lo llevaron a un taller en Chillogallo para desmantelar el rastreador

Los secuestradores trasladaron al conductor hasta un local de autopartes en Chillogallo, también en el sur,  donde un supuesto mecánico ya los esperaba. Según su testimonio, el hombre sabía exactamente dónde estaba el sistema de rastreo GPS del vehículo y comenzó a desarmar el tablero.

“Empezó a sacar todo. Decía: aquí arriba está el otro aparato”, contó el conductor, que en ese momento ya se encontraba resignado. “Yo solo les dije que se lleven el carro, pero que me dejen con vida”.

Fue rescatado gracias a la alerta enviada por su esposa

Mientras lo tenían retenido, el conductor logró comunicarse brevemente con su esposa. Ella, al notar algo extraño, activó el rastreo del auto y alertó a la empresa de seguridad, que a su vez notificó a la Policía Nacional.

Los agentes llegaron al lugar justo antes de que lograran desactivar por completo el sistema GPS. Uno de los implicados fue detenido. El mecánico -que al parecer ya tiene experiencia en estas actividades- también fue detenido por participar en el acto ilícito.

“A plena luz del día, y sabían lo que hacían”

El conductor relató que nunca había vivido algo similar. “No pensé que ellos sabían cómo desarmarlo. El que está detenido sabía exactamente dónde estaba el rastreador”, dijo.

El lugar donde lo llevaron no era un sitio oculto. “Era en Chillogallo, donde entran bastantes carros. El tipo ya debía ser conocido”, afirmó aún temblando de los nervios. Él y los victimarios fueron llevados al Distrito de Policía de Quitumbe, donde se inició el proceso investigativo y de denuncia.

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